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12.510 millones de dólares para que no tengas que volver a conducir

En verano de 2016 se conoció que el Fondo Público de Inversión de Arabia Saudí había invertido 3.500 millones de dólares en la empresa Uber, llevando a esta a una valoración de 62.500 millones de dólares gracias a los 12.510 millones de dólares de inversión logrados hasta ese momento por la empresa. Puede ser casualidad que la noticia haya coincidido con el comienzo de las pruebas que Uber está realizando en la ciudad de Pittsburgh con su primer coche autónomo, un Ford Fusion híbrido equipado con radares, escáneres láser y cámaras de alta resolución.

uber self driving car

La historia de los coches autónomos no comienza con Uber, ni siquiera con Google, que casualmente es accionista de Uber desde 2013, cuando invirtió 258 millones de dólares en lo que entonces se consideraba como startup. Empresas que actualmente andan en litigios precisamente por el robo de información relacionada con la tecnología de coches autónomos. La primera empresa en experimentar con coches autónomos fué Mercedes-Benz cuando en 1980 y con la ayuda de científicos de la Universidad de Múnich logró que un coche autónomo circulase a 100 km/h en calles sin tráfico. Por esta iniciativa se interesó la Comisión Europea y para potenciarla realizó una inversión de 750 millones de euros en el marco del proyecto EUREKA Prometheus.

El interés de Google por los coches autónomos se remonta al año 2005 cuando el equipo liderado por Sebastian Thrun, profesor de Stanford y fundador de Google X, ganó, con un coche llamado Stanley, la carrera de vehículos autónomos DARPA Grand Challenge, promovida por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Posteriormente en 2012 se empezó a filtrar información de las pruebas que Google estaba realizando con coches autónomos y fué en 2014 cuando la empresa mostró todas sus cartas en este asunto, al presentar un coche diseñado desde cero como autónomo, hasta el punto de no disponer de volante ni pedales para manejarlo.

Posteriormente Google, junto con otras empresas interesadas en la implantación de los vehículos autónomos, entre las que se encuentra Ford, Volvo y Uber, han contratado a David Strickland, ejecutivo retirado de la Administración Nacional de Carreteras de Estados unidos (National Highway Traffic Safety Administration – NHTSA) para que les represente a la hora de negociar con el gobierno de Estados Unidos a la hora de elaborar las leyes y reglamentos de tráfico que afecten a esta nueva tecnología. En la estrategia de Google, que ha sido denominada Waymo como un proyecto independiente dentro de la matriz Alphabet, también está la colaboración con otras empresas del sector del automóvil como el acuerdo realizado con Chrysler para la fabricación de 100 nuevas mini furgonetas hibridas Chrysler Pacifica, en las que instalar sus sistemas de conducción autónoma, incluyendo los ordenadores que hacen funcionar el software de conducción y los sensores asociados que permiten al sistema ver lo que sucede en la carretera. A través de este acuerdo también se tiene previsto licenciar la tecnología de vehículos autónomos, basada en el sistema de sensores y láser LIDAR, a Fiat Chrysler ya que Google no tiene intención de comercializar ella misma los coches sino que seguirá la misma estrategia utilizada con otros dispositivos de tecnología como los smartphones, en los que proporciona el software y son los fabricantes los que comercializan el producto final.

Razones para el éxito de los coches autónomos

Con estos antecedentes los coches autónomos se presenta como una de las tecnologías que mayor impacto va a tener a nivel mundial en los próximos años. Veamos a continuación las razones por lo que los coches autónomos se van a imponer al modelo actual de vehículos conducidos por personas.

Reducción de accidentes. Según datos de la OMS el 90 % de los siniestros en carretera que, anualmente, causan 1,2 millones de muertes, además de 50 millones de heridos viales, son debidos a errores humanos. Los coches autónomos aún no son la solución a este gran problema, pero lo serán. Se están invirtiendo miles de millones de dólares en desarrollar una tecnología que tiene como premisa principal la seguridad y miles de expertos en Inteligencia Artificial trabajan para desarrollar el software y hardware más preciso que ayude a reducir de manera radical las muertes en carretera y por atropellamiento.

Reducción de atascos mejorando la eficiencia en la conducción. Los frenazos bruscos son la causa de muchos de los atascos que sufrimos cuando circulamos por las carreteras y una parte importante de esos frenazos es debida a no respetar la distancia de seguridad con el coche que nos precede. Esta situación no se volverá a producir cuando los coches estén programados para mantener la distancia de seguridad y sean mucho más precisos al decelerar, de esta forma se van a evitar muchos de los atascos que se producen actualmente en las ciudades. La reducción de los atascos supondrá una importante mejora para la vida de las en las grandes ciudades, sobre todo para aquellos personas que ahora no tienen otro remedio que pasar varias horas del día metidos dentro de un coche para desplazarse a su lugar de trabajo.

Reducción de emisiones de C02. La reducción de los atascos y la mejora de la eficiencia en la conducción no tendrá únicamente un beneficio para las personas, sino también para el medio ambiente, aunque quizás no llegue a ser necesario que esta mejora la introduzca el coche autónomo ya que probablemente vendrá a la par que la implantación de los coches eléctricos en los que no existe el problema de la contaminación.

Reducción de problemas de aparcamiento. Si nuestro coche se conduce solo, llegará un momento en el que podamos indicarle que vuelva a aparcarse a nuestro propio garaje y que regrese a recogernos cuando sea necesario. De esta forma se reducirá significativamente la necesidad de aparcamiento en los centros de las ciudades y en las zonas con alta concentración de empresas. También resultará muy positivo para los problemas de aparcamiento en las ciudades la eficiencia a la hora de aparcar, ya que es demasiado habitual encontrar coches que ocupan dos plazas de aparcamiento, lo cual dejará de ocurrir con los coches autónomos, por lo tanto con el espacio disponible actualmente podrán aparcar muchos más coches.

Fabricantes de coches que vislumbran un futuro dominado por los vehículos autónomos

La estrategia de Tesla con los coches autónomos está clarísima, la empresa liderada por Elon Musk no se conforma con ser el líder en la fabricación y venta de coches eléctricos, su ambición es serlo también en los coches que se conducen solos.

Creo que todos los coches funcionarán de forma totalmente autónoma en el largo plazo. En 15 o 20 años va a ser bastante raro ver coches que no tengan plena autonomía. Y en el caso de Tesla sucederá mucho antes. De hecho, creo que los coches que no tengan plena autonomía tendrán valor negativo. Será como ser dueño de un caballo, únicamente lo seremos por razones sentimentales. Elon Musk

Con la determinación que ha demostrado hasta el momento Elon Musk, a la hora de hacer realidad sus ideas, en lo que a avances tecnológicos se refiere, no es descabellado pensar que Tesla podría convertirse pronto en el líder a nivel mundial en el negocio de los coches autónomos, al igual que ya lo ha logrado con los coches eléctricos y con los viajes al espacio. A este respecto, en declaraciones realizadas en 2016 por Sterling Anderson, responsable del desarrollo de la tecnología de conducción Autopilot de Tesla, la empresa puede empezar a comercializar sus coches autónomos incluso antes de que se ponga en el mercado el Model 3, siguiendo la estrategia de la empresa de aplicar a su modelos existentes todas aquellas tecnologías que se encuentran en un estado óptimo de implantación a nivel comercial. Si esto es así, sería muy probable que a lo largo del 2017 los Tesla Model S y Model X ya incorporen la tecnología de Autopilot y podrían ser los primeros coches autónomos en salir al mercado. El reto actual al que se enfrenta la empresa se encuentra en automatizar la conducción urbana en las intersecciones; cuando ésto esté resuelto y las leyes lo permitan, se habrá producido un enorme avance en lo que al transporte en carretera se refiere. Y lo más impresionante de todo es que, al igual que hace 10 años nadie hablaba de este tipo de tecnologías, ni se planteaba que la robótica entraría en los vehículos, ahora estamos ante un gran ejemplo de que el impacto que esta tecnología va a tener en nuestras vidas va a ser mucho mayor del que somos capaces de imaginar.

Toyota anunció en 2015 que destinaría 1.000 millones de dólares para trabajar en los ámbitos de la inteligencia artificial y robótica, creando una nueva división dentro de la empresa llamada Toyota Investigación Institute, formada por varios centros de alto rendimiento en Estados Unidos. Uno de esos centros, con más de 200 ingenieros, está establecido en Silicon Valley, cerca de la Universidad de Stanford, y otro de características similares se encuentra en plena sede del MIT. Gracias a ello Toyota está entrando de lleno en el negocio de los coches autónomos, para cumplir la visión su presidente Akio Toyoda de reducir los accidentes de tráfico a cero. Otra de las iniciativas de la empresa, encaminada a introducir la tecnología en sus coches, es la puesta en marcha del proyecto de Big Data aplicado al mundo del automóvil llamado Toyota Connected  y que realiza en en colaboración con Microsoft. Su objetivo es que los coches se convierten en dispositivos conectados. Gracias a multitud de datos recopilados, como las estadísticas de motor e historiales del comportamiento de los conductores, se abre un gran abanico de posibilidades como poder predecir las intenciones del conductor,  la asistencia en la conducción para posibilitar las mejores rutas en base al estado del tráfico, las notificaciones sobre los posibles retrasos de las llegadas a las citas programadas en la agenda y el análisis del estado actual de salud del conductor, a través de elementos del vehículo como el volante y el asiento. Con la puesta en marcha de este proyecto, Zach Hicks, CEO de Toyota ha declarado que para sus vehículos quieren la misma experiencia que tienen los usuarios con sus dispositivos móviles, y su obligación es cumplir con esas expectativas. En Toyota también trabajan en el desarrollo de su sistema «ángel de la guarda» que será capaz de asumir automáticamente el control de un vehículo, o ajustará sutilmente las acciones del conductor, para evitar situaciones de peligro. A diferencia de otras empresas que trabajan en los coches autónomos, el fabricante automovilístico japonés concibe la combinación de conducción autónoma y humana como un paso clave hacia la autonomía total. El desarrollo se realiza en el Instituto de Investigación de Toyota (TRI) que trabaja con un enfoque computacional distinto al de otros fabricantes de coches y empresas tecnológicas, que utilizan ordenadores que requieren una gran cantidad de energía para funcionar. Para lograr una eficiencia mayor, en Toyota trabajan con chips neuromórficos, una arquitectura que procesa los datos en paralelo en lugar de secuencialmente, como los ordenadores convencionales. Finalmente la estrategia de Toyota en el ámbito de la conducción autónoma se complementa con la inversión reciente que ha realizado en Uber, de la que no se conocen los términos acordados, pero que claramente está vinculada con un objetivo común en el desarrollo del coche autónomo. La última iniciativa presentada por Toyota en el marco de la conducción autónoma es el proyecto CONCEPT-AI que está especialmente diseñado para que el conductor se divierta dentro del vehículo, para ello busca ofrecer experiencias personalizadas dentro de un coche, con un sistema de inteligencia artificial que sea capaz de aprender cada vez más cosas sobre las personas, que sea capaz de entender nuestro estado de ánimo, nuestro nivel de estrés, gracias a sistemas de medición de variables de nuestro cuerpo, y con esos datos quieren que se ofrezcan recomendaciones de viajes, de paradas o de formas de conducir para mejorar la experiencia del viaje.

La inversión de 500 millones de dólares realizada por General Motors en el competidor de Uber llamado Lyft, nos muestra el camino común que están realizando los fabricantes de automóviles al asociarse con empresas digitales dedicadas al sector del transporte colaborativo, con el objetivo de ser los primeros en aprovechar esta nueva gran oportunidad que se abre en el sector automovilístico. El plan de Lyft gracias a la inversión recibida por parte de GM y otros inversores, hasta acumular un total de 2.000 millones de dólares, consiste en comenzar a utilizar taxis autónomos comerciales en 2017, lo que le situaría como pionero en este sector. Para conseguir este gran reto la empresa aprovechará la tecnología de conducción autónoma desarrollada por la startup Cruise Automation que ha sido adquirida hace pocos meses por GM por un valor de 1.000 millones de dólares, tras haber realizado 4 rondas de inversión, por un total de 18 millones de dólares.

PSA Peugeot Citroën no quiere quedarse fuera de la tendencia que suponen los coches autónomos y cuenta con un plan de trabajo que en 2016 le ha permitido realizar una experiencia única como el viaje realizado por su coche autónomo desde Vigo hasta Madrid, recorriendo 599 kilómetros sin conductor por vías abiertas. Esto ha sido posible gracias a que la DGT en 2015 aprobó la normativa que permite probar coches autónomos en vías abiertas. Anteriormente, esta misma tecnología había sido probada en un viaje similar entre París y Burdeos. La experiencia se ha realizado con un Citroën Grand C4 Picasso que cuenta con las siguientes tecnologías: sistema de navegación por satélite GPS, que permite delimitar el recorrido y garantizar el respeto de sus parámetros así como los límites de velocidad; radares delanteros y traseros de 77 GHz y láseres escáner que recogen datos sobre distancia y velocidad de los vehículos; cámaras digitales situadas alrededor de la carrocería, que informan sobre la posición de los vehículos más cercanos; y centralita de guiado electrónica, el cerebro que hace las veces de conductor y gestiona de forma independiente la dirección, la aceleración y el frenado a través del volante y los pedales. PSA Peugeot Citroën quiere que sea el año 2020 cuando comience a implantarse la conducción autónoma, siendo 2018 el año en el que comenzarán a comercializar vehículos que incorporarán tecnologías que liberen a los conductores, siendo su objetivo optimizar la seguridad, la libertad y el confort de los usuarios.

Kia tiene previsto invertir 2.000 millones de dólares antes de 2018, para poner a punto sus tecnologías de asistencia a la conducción, que tienen que servir como avanzadilla de la conducción autónoma. Entre las tecnologías que están en desarrollo en la empresa se encuentra la Conducción Asistida en Autopista (Highway Driving Assist, HDA), que combina el Sistema de Guiado en el Carril (Lane Guidance System, LGS) y el Control de Crucero Inteligente Avanzado (Advanced Smart Cruise Control, ASCC). HDA mantiene la distancia frontal mientras asegura también el rumbo dentro del carril y se ajusta a los límites de velocidad, empleando la información del navegador. Además, el sistema puede ayudar a realizar adelantamientos en autopista. El Asistente en Atascos (Traffic Jam Assist, TJA) facilitará la conducción cuando la circulación es de moderada a muy densa. El sistema emplea sensores para determinar una distancia segura con relación al coche precedente y mantenerse dentro del carril. El Sistema Avanzado de Asistencia Remota al Aparcamiento (Remote Advanced Parking Assist System, RAPAS) permitirá que los vehículos de Kia aparquen de forma autónoma cuando el conductor presione un botón en el mando a distancia inteligente. Otros sistemas que se están desarrollando son el Aviso de Cambio Involuntario de Carril (Lane Departure Warning System, LDWS), el sistema de Asistencia de Mantenimiento de Carril (Lane Keeping Assist System, LKAS), el Detector de Vehículos en Ángulo Muerto (Blind Spot Detection, BSD), el freno Automático de Emergencia (Auto Emergency Braking, AEB) o el Control de Crucero Inteligente (Advanced Smart Cruise Control, ASCC).

Ford lleva tiempo desarrollando su coche autónomo y para demostrar su capacidad al respecto recientemente ha realizado pruebas de conducción sobre la nieve. Además ha sido el primer fabricante de automóviles que ha rodado con coches autónomos en MCity, la ciudad que simula un entorno urbano a escala real para ofrecer situaciones de carretera, tales como saltarse un semáforo en rojo, que no pueden recrearse en carreteras convencionales. La prueba de vehículos autónomos en Mcity cuenta con iluminación, pasos de cebra, señalizaciones de carril, rampas en las aceras, carril bici, árboles, aceras, señales, dispositivos de control de tráfico e incluso barreras de construcción. El coche autónomo de Ford utiliza mapeado de alta resolución en 3D y tecnología LIDAR para facilitar la conducción en situaciones de escasa visibilidad. La conducción completamente autónoma no puede depender únicamente de las indicaciones del GPS, que no es suficientemente preciso para localizar o identificar la posición exacta del vehículo. Es fundamental que un vehículo autónomo conozca su posición exacta, no sólo en una ciudad o una carretera, sino también en su carril de circulación, donde una variación de tan solo unos centímetros puede marcar la diferencia. La prueba del coche autónomo de Ford en nieve ha aportado datos concretos sobre el uso de la tecnología LIDAR, que resulta mucho más precisa que el GPS, ya que permite identificar la ubicación en centímetros. Esta tecnología emite haces cortos de luz láser para permitir al vehículo crear, de manera precisa, una imagen de alta definición en 3D de lo todo lo que le rodea. Bajo condiciones meteorológicas ideales, LIDAR es el medio más eficiente de reunir información y metadatos importantes, detectando objetos cercanos y utilizando señales para determinar el mejor recorrido. Pero en carreteras cubiertas de nieve o en tráfico de alta densidad, este sistema y otros sensores, tales como las cámaras, no pueden ver la carretera. Es también el caso de cuando la lente del sensor está cubierta por nieve, o suciedad. Para navegar sobre carreteras nevadas, los coches autónomos de Ford están equipados con mapas en 3D de alta resolución, que cuentan con información sobre la carretera y lo que hay sobre ella, incluyendo señales, geografía, hitos y topografía, lo cual permite al vehículo detectar su ubicación incluso con un manto de nieve cubriendo el suelo. Para potenciar toda esta estrategia la empresa tiene previsto invertir 1.000 millones de dólares en la startup Argo AI que se dedica específicamente al desarrollo de tecnologías de Inteligencia Artificial aplicada a la conducción autónoma.

2021 es el año en el que BMW espera poner en el mercado su coche autónomo y eléctrico llamado i NEXT, que servirá como estandarte de la empresa para incorporar tecnologías como la conducción autónoma, conectividad digital independiente para comunicarse con otros dispositivos y que contará con un diseño y construcción basada en un nuevo material más ligero, nuevos interiores, y la siguiente generación de motores eléctricos. Este proyecto ha sido presentado con motivo de la conmemoración de los 100 años de historia de la empresa y espera mostrar cómo BMW quiere competir en el mercado del automóvil en los próximos años.

Honda tiene un plan en el sector de los vehículos autónomos que ha llamado Ecosistema de Movilidad Cooperativa y con el que pretende conectar varios conceptos, como inteligencia artificial, robótica y big data, para imaginar un futuro en el que los vehículos se comunicarán entre sí, ofreciendo la infraestructura necesaria para evitar la congestión del tráfico y eliminar las muertes en la carretera. Uno de los elementos que forman parte de este proyecto es el mini-vehículo automatizado Honda NeuV, un concepto de eléctrico equipado con un sistema de Inteligencia artificial y un asistente personal automatizado, para crear nuevas posibilidades en la interacción humana. Se quiere crear un automóvil de viaje compartido que pueda recoger y dejar a los clientes en los destinos locales cuando el propietario no está usando el coche. El NeuV también puede vender la energía de nuevo a la red eléctrica en épocas de alta demanda cuando no está en uso.

Empresas tecnológicas que trabajan para convertir el coche autónomo en una realidad

Apple continúa manteniendo en secreto sus planes en el mundo del motor, pero es un secreto a voces que la empresa tiene un gran interés por entrar en este sector, más allá de lo que ahora conocemos con CarPlay que facilita la utilización del iPhone mientras se conduce. El interés de Apple por los coches comenzó en 2010 cuando Steve Jobs estuvo trabajando sobre la idea de un prototipo de coche llamado V-Vehicle, diseñado con una carrocería hecha de polipropileno y fibra de vidrio, lo que le permitiría ser un 40% más ligero que un vehículo convencional de acero y lo cual permitiría un ahorro del 70% de coste para su producción. Desde entonces se especula con la idea del iCar o Apple Car considerando si realmente llegaremos a ver un coche diseñado completamente por Apple o tendremos que conformarnos con una tecnología de software o hardware diseñada por la empresa para digitalizar el mundo del motor. A favor de la teoría de que Apple trabaja en un coche autónomo y electrónico se encuentra la información de los importantes fichajes de profesionales de la industria del automóvil que ha realizado la empresa en los últimos años, hasta llevarle a contar con más de mil personas en el denominado proyecto Titan, entre los que se encuentran: Chirs Porritt, vicepresidente de Tesla; Rónán Ó Braonáin, ex ingeniero de BMW y experto en infraestructuras de carga para coches eléctricos; Nan Liu, ingeniero experto en carga inalámbrica para vehículos; y Kurt Adelberger, también experto en la carga de automóviles y ex empleado de Google. La adquisición de startups relacionadas con el ámbito del automóvil también supone un argumento a favor de esta teoría, es el caso de la compra de la startup Coherent Navigation, especializada en GPS de alta precisión y tecnologías de navegación, que cuenta con un equipo de profesionales que ha trabajado en proyectos junto al Departamento de Defensa de Estados Unidos en áreas como la protección contra interferencias y falsificación de señales GPS (el denominado GPS jamming), y en otros proyectos relacionados con la robótica y la navegación autónoma. Para terminar de confirmar todos los rumores que hablan del interés de Apple por entrar en el negocio de los vehículos autónomos, nos encontramos con la noticia en la que se indica que ha obtenido una licencia para probar coches autónomos en California. De esta forma el Departamento De Vehículos Motorizados de ese estado ha autorizado hasta tres vehículos autónomos, todos ellos correspondientes a Lexus RX, y a seis conductores autorizados para operar estos dispositivos.

La apuesta de Microsoft en el ámbito de los coches autónomos pasa por la integración con Cortana, su agente personal basado en Inteligencia Artificial, además de por colaborar con empresas del mundo del automóvil como IAV Automotive Engineering (IAV) que trabajan en el desarrollo de tecnologías basadas en el coche conectado. A diferencia de otras iniciativas de coche autónomo, que consisten en dotar a los coches de cámaras, sensores y radares, en Microsoft han decidido aprovechar la multitud de dispositivos conectados con los que ya contamos las personas, los coches o las ciudades para que el coche se conecte con esos dispositivos que encuentra a su alrededor, a través de una tecnología denominada V2X. Estos dispositivos pueden ser los smartphones, dispositivos IoT en las carreteras o señalizaciones, wearables, así como otros vehículos equipados con esta tecnología. CHAD (Connected Highly Automated Driving) es cómo han denominado al primer coche autónomo desarrollado por Microsoft, Volkswagen e IAV, con el objetivo de mejorar aspectos de la seguridad tanto para pasajeros, como para peatones. Para que esta tecnología pueda llegar a implantarse en la realidad será necesario realizar importantes inversiones a nivel de infraestructuras en las carreteras y las ciudades, lo cual no parece ser un gran impedimento para la empresa ya que pretende comenzar a realizar pruebas en ciudades de Estados Unidos y Europa próximamente, con el objetivo de lograr que su tecnología se convierta pronto en un estándar para la industria.

El gigante chino de Internet Baidu no quiere quedarse fuera de la carrera por poner en las carreteras coches guiados por tecnologías de inteligencia artificial y para ello trabaja en el desarrollo de estas tecnologías desde 2013 y ha empezado a realizar pruebas con un modelo BMW Serie 3 Gran Turismo conectado. En la primera prueba realizada se ha recorrido 30 kilómetros alrededor de Pekín, tomando tanto vías de varios carriles, como calles más cercanas al centro. Se realizaron todo tipo de pruebas posibles con tráfico real, como cambios de carriles, giros a izquierda y derecha, o cambios de sentido. Además la empresa tiene previsto liberar parte de la tecnología que han desarrollado para este sector, que consiste en un sistema operativo de código abierto llamado Apollo que permitirá gestionar los procesos como el mapeo y los sistemas de aprendizaje automático. De esta forma Baidy busca evitar que cada empresa trabaje en los mismos problemas y las mismas soluciones.

Amazon también tiene planes en el sector de los vehículos autónomos, pero en este caso no para ofrecer productos dirigidos al consumidor final sino para desarrollarlos dentro de su actividad logística para la entrega de las compras que realizan los usuarios en la tienda online. En concreto dentro de esta actividad de la conducción autónoma la empresa trabaja en el diseño de un nuevo tipo de autopista pensada exclusivamente para el uso por parte de vehículos autónomos de manera exclusiva. La particularidad en el diseño de esta carretera es que permite que el tráfico de los coches autónomos sea dinámico, con un mismo carril pudiendo usarse en dos sentidos.

Samsung está creando un equipo de desarrolladores exclusivamente dedicados a diseñar componentes para vehículos autónomos. La intención de la empresa es crear una filial, liderada por Kwon Oh-hyun, antes vicepresidente en el negocio de los componentes electrónicos, que cuente con cierta independencia de la matriz y que pueda trabajar en los ámbitos del coche conectado y el coche autónomo. La empresa podría comenzar ofreciendo sistemas de entretenimiento e información en los vehículos, para más adelante convertirse en un suministrador de componentes importante en la industria del automóvil a través de baterías, sensores, cámaras, pantallas y procesadores.

Los mapas digitales son imprescindibles para que los coches autónomos lleguen a convertirse en una realidad en nuestras carreteras. Para ello TomTom ha puesto en marcha la iniciativa RoadDNA que consiste en un sistema de navegación que captura las carreteras en tres dimensiones con la ayuda de sensores de profundidad. El sistema se encarga de comparar las imágenes capturadas con una base de datos de imágenes, permitiendo al vehículo conocer la posición exacta en todo momento, sin importar la posición en la carretera ni la velocidad a la que se circule. Para evitar problemas en el procesamiento de la imagen, los datos 3D son optimizados a 2D para obtener una versión de la carretera más manejable para el sistema. De esta forma la tecnología que procesa la información necesita sólo 25 kb por cada kilómetro de carretera capturado. La precisión con la que llega a a ofrece esta tecnología es de 1 centímetro incluso a velocidades elevadas. El sistema está diseñado para que no le afecten las inclemencias del tiempo, ya que se adaptará a las nevadas, hojas caídas de los árboles e incluso la posibilidad de que se hayan colocado nuevas señales de tráfico en la carretera. Esta tecnología se ha puesto a disposición de los desarrolladores, que podrán trabajar sobre ella para implementar sus propios desarrollos para coches autónomos haciendo uso de todos los datos que recolecta y ofrece el sistema durante la conducción autónoma.

Nvidia se está convirtiendo en un agente muy relevante en el ámbito de los coches autónomos proporcionando la gran capacidad de cálculo que va a ser necesario para que los coches puedan tomar sus propias decisiones de conducción. Para ello ha desarrollado el supercomputador NVIDIA Drive PX 2 que dispone de refrigeración líquida y permite acceder a una potencia de 8 TFLOPS gracias a sus 12 núcleos. Una tecnología que se hace necesaria para poder afrontar todos los cálculos relacionados con el aprendizaje automático. En este sentido la empresa también ha desarrollado la plataforma de aprendizaje automático DIGITS dirigida al segmento del coche autónomo y que permite que estos vehículos compartan la información de lo que ocurre en la carretera, para que el sistema unificado pueda ser mucho más útil a todos los coches que hacen uso de dicho sistema, permitiendo que cada fabricante que haga uso del sistema siga siendo dueño de su propia red neuronal para afinar el funcionamiento de sus vehículos. Nvidia ha creado su propia red neuronal llamada Drivenet, que toma toda la información de la plataforma y la procesa a través de los Drive PX 2 para lograr, por ejemplo, identificar peatones o motoristas y detectar eventos y objetos que ni siquiera el ojo humano puede captar, o que no puede identificar suficientemente rápido durante la conducción.

Mobileye es una empresa fundada por Amnon Shashua y se ha convertido en una de las iniciativas más relevantes en el desarrollo de las tecnologías sobre las que se asienta el coche autónomo. La empresa trabaja en crear tecnología para la prevención de accidentes a través de sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS) y tecnologías para la conducción autónoma. Desde el comienzo de su actividad en 1999 han desarrollado sistemas integrales de prevención de accidentes y sistemas avanzados de asistencia al conductor. Mediante un sensor artificial de visión, estratégicamente instalado en el vehículo y un chip llamado EyeQ, los sistemas Mobileye funcionan como un «tercer ojo» del conductor.

Ha sido a principios de 2017 cuando se ha producido un movimiento importante en esta industria con la compra de Mobileye por parte de Intel, en lo que supone la entrada del gigante de los microchips en el negocio de los vehículos autónomos. Los 15.300 millones de dólares pagados por Intel para comprar Mobileye son una muestra de la relevancia que está tomando este tema dentro de la industria tecnológica, probablemente en el momento en el que las empresas han sido conscientes de que los vehículos autónomos están muy cerca de convertirse en una realidad por lo que todo el sector del transporte va a sufrir una transformación total. En el momento de compra de la empresa tenía como clientes a fabricantes de coches como BMW, Audi, GM, Ford o Volvo, a los que ofrecía tecnologías como sistemas avanzados de asistencia a la conducción, un segmento en fuerte crecimiento que engloba funciones como el control adaptativo de velocidad, control de los faros para evitar deslumbramientos y adaptarse a curvas, asistencia en el aparcamiento, monitorización de ángulos muertos, sistemas de prevención de colisiones, sistemas de asistencia en intersecciones, sistemas de mantenimiento en el carril y de asistencia al cambio, que habitualmente son considerados como parte de los sistemas de conducción autónoma.

En el ámbito de las startups también se trabaja en el desarrollo de tecnologías relacionadas con la conducción autónoma, es el caso de la empresa Drive.ai fundada por alumnos del Stanford AI lab y que cuenta con 12 millones de dólares para poder desarrollar un nuevo sistema de aprendizaje profundo para los vehículos autónomos basándose en la predicción, planificación y experiencia. Para entrenar su sistema en multitud de experiencias de conducción compleja la empresa ha logrado hacerse con una de las 13 licencias que actualmente existen en California para permitir a los coches autónomos circular por la vía pública.

Deepdrive como nexo de unión entre la industria automotriz y la tecnológica para el impulso al coche eléctrico

DeepDrive es el proyecto de la Universidad de California, en Berkeley, liderado por el investigador Trevor Darrell, para el estudio y desarrollo de tecnologías de visión artificial y aprendizaje automático, aplicadas al mundo del automóvil y en el que participan una buena parte de las empresas de la industria del automóvil, como son Audi,  Bosch, BMW, Chevron, DaimlerChrysler, GM, Ford, Honda, Hyundai, Nissan, Renault y Toyota, además de empresas tecnológicas como Google, Navteq, Nokia, Nvidia, Toshiba y Waze. Algunas de estas empresas colaboran con donaciones de 300.000 dólares a la universidad, como es el caso de Ford, Toyota, Volkswagen, Nvidia, Samsung, Qualcomm y Panasonic, que, a cambio de estas donaciones, contarán con acceso privilegiado a los investigadores que trabajan en estos ámbitos, además de a las licencias comerciales que se vayan a elaborar. Caffe es el proyecto estrella de Berkeley DeepDrive, consistente en un framework basado en tecnología deep learning ideado por Yangqing Jia y publicado bajo licencia BSD 2-Clause license, en Github, gracias a lo cual ha sido posible que más de 1.000 desarrolladores colaboren en mejorarlo y amplificar sus posibilidades. Actualmente se trabaja en aplicaciones de esta tecnología en el ámbito de los vehículos autónomos por ejemplo de cara a conocer la posición de los peatones y anticiparse a sus movimientos, lo cual sin duda resultará fundamental en la misión de que los coches autónomos ayuden a reducir o incluso erradicar los accidentes en las ciudades y atropellos de personas.

La regulación relativa a los coches autónomos

Estamos acostumbrados a que la legislación y la regulación suelen llegar con un importante retraso respecto de los avances tecnológicos, incluso, en muchas ocasiones, suponer un obstáculo para que lleguen a introducirse a nivel social algunos de estos avances. Pero en esta ocasión parece que los legisladores están viendo con buenos ojos la llegada del coche autónomo. De esta forma, en la Unión Europea contamos desde hace pocos meses con la Declaración de Ámsterdam, el texto de la Unión Europea sobre cooperación en conducción automatizada y conectada, que respalda el establecimiento de un marco europeo técnico y regulatorio que posibilite su implantación a partir del año 2019. En esta declaración se destacan los principales beneficios de la conducción automatizada a la hora de aumentar la seguridad vial y la eficiencia del transporte por carretera, ayudando a disminuir la congestión y, por tanto, el impacto ambiental, así como a conseguir una mayor integración de las personas discapacitadas. Una declaración de intenciones que supone un importante respaldo para iniciativas más concretas de impulso del coche autónomo en Europa, como la anteriormente mencionada EUREKA Prometheus. Además, en algunos países concretos de Europa, también se ha empezado a trabajar en legislación específica, como es el caso de Reino Unido donde se ha autorizado a los fabricantes a probar coches autónomos en sus autovías a partir de 2017, con el objetivo de posibilitar que la tecnología pueda comercializarse en el país antes de que termine la actual década. Para ello, van a permitir este mismo año que los prototipos autónomos recorran libremente las carreteras locales y, a partir de 2017,  legalizar su uso en autovías y autopistas.

En Estados Unidos también están abiertos a que los coches autónomos circulen pronto por sus carreteras. Para ello no sólo van a establecer una legislación que lo permita, sino que además están dispuestos a incentivarlo de manera económica, ya que el gobierno de EEUU tiene previsto invertir 4.000 millones de dólares para ayudar a fabricantes y empresas de tecnología en el desarrollo de coches autónomos, su seguridad, la implementación de pruebas piloto, así como el desarrollo de infraestructura en las calles y carreteras del país.

Estamos en la cúspide de una nueva era en la tecnología del automóvil con un enorme potencial para salvar vidas, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y transformar la movilidad para el pueblo estadounidense. Anthony Foxx, secretario del Departamento de Transporte de Estados Unidos

Oportunidades que va a ofrecer el mercado cuando los coches sean autónomos

Cuando los coches se conduzcan solos, quedará un importante espacio de tiempo y atención del conductor disponible y también del resto de pasajeros, que tendrán una mayor facilidad para interactuar con el conductor. Por lo tanto el coche dejará de ser únicamente un medio de transporte para convertirse en un espacio de ocio, descanso y trabajo. Pero el formato interior de los coches actuales no está pensado para fomentar esas interacciones entre sus ocupantes, ni tampoco resulta todo lo cómodo que debería ser para realizar acciones como trabajar con un ordenador o ver una película. Por lo tanto al igual que a nivel técnico los coches van a cambiar mucho en elementos como el motor y la conducción, también tendrán que hacerlo en lo relativo al espacio interior, para facilitar que las personas puedan disfrutar más de la experiencia de viajar en carretera.

Aplicaciones que enriquezcan la experiencia al viajar: el coche autónomo va a convertirse en algo parecido a un ordenador o robot, por lo que contará con un montón de tecnología que no sólo se podrá utilizar para la navegación y conducción, sino que también permitirá hacer otras muchas cosas. De esta forma se abre un nuevo mundo de oportunidades para que las startups desarrollen las aplicaciones que funcionarán sobre los nuevos dispositivos electrónicos disponibles en los coches. Probablemente las pantallas serán las grandes protagonistas en el interior de los coches, incluso las lunas de los coches podrán convertirse en pantallas, por lo que gracias a ello se podrán utilizar todo tipo de aplicaciones y consumir todo tipo de contenidos multimedia.

Contenidos para consumir en el coche: cuando pensamos en la cantidad de tiempo de ocio que vamos a tener disponible cuando viajemos o nos movamos por la ciudad, es fácil pensar en que ese tiempo podremos utilizarlo a nivel de ocio y descanso. Actualmente para los pasajeros de un coche ya es habitual poder disfrutar de películas gracias a pantallas situadas en los asientos traseros, pero sin embargo el conductor y copiloto no han podido hacerlo para evitar las distracciones. Cuando todos los ocupantes de un vehículo puedan compartir el mismo contenido multimedia, como ahora compartimos la música, surgirán nuevas opciones en los ámbitos de los videojuegos y de la realidad virtual. Si las lunas de los coches se convierten en pantallas y estas mantienen su capacidad de transparencia, ofrecerán una gran utilidad en lo que a realidad aumentada se refiere, pudiendo ofrecer aplicaciones relacionadas con el turismo, la cultura y sobre todo nuevos tipos de juegos basados en geolocalización.

Nuevas utilidades para los vehículos: cuando los coches obedezcan nuestras instrucciones y puedan ser programados, surgirán muchísimas nuevas utilidades más allá de la actual dedicada principalmente al transporte por carretera. En el futuro podremos programar nuestro coche para que realice recados por nosotros, como si se tratase de un mensajero virtual que por ejemplo pueda ir a recoger un paquete a una empresa o llevar a otro lugar algo que nosotros necesitamos transportar. Los coches también podrán convertirse en lugares de trabajo, como ahora lo son para determinados profesionales que tienen su base de operaciones en el coche, pero con el tiempo habrá una evolución para que pueda ser utilizado, por ejemplo, para realizar reuniones o trabajar de manera particular utilizando las distintas pantallas y ordenadores disponibles en el vehículo.

En el lado negativo para los negocios también encontramos que el coche autónomo va a suponer un problema para determinado tipo de profesionales que no sepan adaptarse a esta nueva situación en el mundo del transporte. A este respecto, de lo que más se habla es de cómo afectará a taxistas, conductores de autobús y camioneros, la implantación del coche autónomo. La situación que se puede llegar a producir será parecida a la ocurrida con los ascensoristas cuando los ascensores dejaron de ser controlados de forma manual, para hacerlo de manera automática por las indicaciones de sus ocupantes. Ahora la problemática puede ser mucho mayor ya que serán millones de profesionales en todo el mundo los que verán que el trabajo que llevan realizando durante décadas deja de tener todo su sentido, por lo que tendrán que buscar alternativas en el ámbito de su trabajo que les permitan mantener su profesión. No es difícil pensar que si por ejemplo los taxistas dejan de tener que manejar los coches, pueden empezar a ofrecer otro tipo de servicios relacionados con la gestión y mantenimiento de la gestión de flotas de vehículos autónomos.

Las aseguradoras pueden ver amenazada una parte importante de su negocio en el momento que se verifique que los coches autónomos resultan mucho más seguros y tienen muchos menos incidentes que los coches actuales. Así lo ha presagiado la consultora KPMG que considera que el negocio de las aseguradoras de automóviles se reducirá hasta en un 60% en el año 2040. El negocio no se reducirá únicamente por el descenso de la siniestralidad, sino también por el descenso de número de coches que van a existir, ya que junto a la tendencia del coche autónomo y debido a la mejora en la eficiencia que esto va a suponer, ya no será tan necesario disponer de un coche en propiedad sino que se recurrirá más a opciones de alquiler y vehículo compartido.

Vamos a terminar este artículo en el mismo punto que lo comenzamos, hablando de las importantes inversiones que se están realizando a nivel mundial para que, dentro de muy poco tiempo, cambie de manera radical el sector del automóvil. Si a los 12.510 millones de dólares con los que cuenta Uber, para, entre otras cosas, impulsar el desarrollo de coches autónomos, le sumamos los casi 1.000 millones del proyecto EUREKA Prometheus, los 1.000 millones de dólares de Toyota, los 2.000 millones de dólares invertidos en Lyft, los 1.000 millones de dólares pagados por General Motors para comprar Cruise Automation, los 2.000 millones de dólares que tiene previsto invertir Kia, los 4.000 millones de dólares del Gobiernos de los Estados Unidos para el impulso del sector, y los 15.300 millones de dólares pagados por Intel para comprar Mobileye, obtenemos una cifra superior a los 45.000 millones de dólares, sin contar lo que están invirtiendo otras empresas como Google, Microsoft y el resto de grandes fabricantes de la industria del automóvil. Sería fácil pensar en una cifra superior a los 50.000 millones de dólares, suficientes para producir un cambio radical en el mundo del automóvil y que esto ocurra mucho antes de lo que podemos imaginar.

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