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¿Estás preparado para viajar a Marte?

2022 es la fecha elegida por Elon Musk para iniciar la colonización de Marte. Como si se tratase de un nuevo Cristóbal Colón, nos encontramos a Elon Musk buscando los apoyos necesarios para afrontar este gran reto. El escenario elegido para hacer la presentación del proyecto ha sido el Congreso Astronáutico Internacional, celebrado a finales de 2016 en Guadalajara, México. Y al igual que hizo cuando lanzó la idea de crear Hyperloop, busca que muchas personas, sobre todo científicos e ingenieros le ayuden a hacer realidad el proyecto más ambicioso de la humanidad, desde la conquista de la Luna. Si vemos el vídeo de la presentación realizada por Musk, vamos a observar que son muchas las diferencias respecto al plan anunciado en 1961 por el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy para conquistar la Luna, que culminó con éxito en 1969 cuando Neil Armstrong descendió del Apolo 11 y se convirtió en la primera persona en pisar la Luna.

Entre las diferencias más destacables entre la conquista de la Luna por parte de Estados Unidos y la colonización de Marte que propone Elon Musk, se encuentra la idea de que Musk no quiere únicamente mandar allí una persona para atribuirse el mérito de haberlo logrado, sino que lo que realmente pretende es que la humanidad llegue a asentarse en el planeta rojo y convertirse de esta forma en una especie interplanetaria. Cuando llegue ese momento la humanidad dejará de estar limitada a la Tierra y comenzará un proceso de exploración del Sistema Solar, la galaxia y quien sabe si también el resto del Universo. El afán que ponen muchísimos astrónomos en encontrar planetas con condiciones similares a las de la Tierra, como el reciente descubrimiento del exoplaneta Próxima Centauri B, se vería así recompensado al saber que tendrá una utilidad para asegurar un futuro en el que quizás la humanidad no pueda seguir habitando el planeta Tierra.

Por lo tanto el plan de Elon Musk para colonizar Marte necesita disponer de un medio de transporte que permita viajar hasta allí a muchas personas, que se convertirán en colonos y establecerán la primera civilización fuera de la Tierra. Es por ésto que la presentación realizada por Musk se centra en explicar cómo va a ser ese medio de transporte. Para ello comienza mostrando la necesidad de abaratar el coste de los viajes espaciales al trabajar con naves reutilizables, que podrán realizar cientos de viajes para amortizar su elevado coste de fabricación. Para ello utiliza el símil del coste multimillonario que supondría viajar en avión si únicamente se llegase a hacer un vuelo con cada uno de los aviones construidos. Esto es lo que ha estado sucediendo hasta ahora con la exploración espacial y por eso, por ejemplo, se han realizado tan pocos viajes a la Luna. De esta forma la colonización de Marte la estaremos pagando entre todos, pero no a través de nuestros impuestos, como ha ocurrido con el resto de iniciativas de exploración espacial, sino que por medio del pago de los viajes que realizará SpaceX, que pasará a convertirá en la primera aerolínea interplanetaria. Según los cálculos realizados por la empresa cada cohete se pueda reutilizar hasta 1.000 veces, el tanque de combustible 100 veces y cada nave puede ser capaz de realizar hasta 12 viajes, de ida y vuelta a Marte. El tiempo estimado del viaje será de 80 días, aunque podría llegar a reducirse a la mitad cuando vaya avanzando el desarrollo de toda esta tecnología.

Los cohetes y naves reutilizables son la base para este ambicioso proyecto, pero hay otras muchas claves para hacerlo posible y las vamos a conocer a continuación.

Así es el plan de Elon Musk para conquistar Marte

El Sistema de Transporte Interplanetario es la tecnología en la que trabaja SpaceX y que se compone de múltiples componentes, que ha estado poniendo a prueba en los últimos años, para la realización de misiones de abastecimiento de la Estación Espacial Internacional y el lanzamiento de satélites al espacio. Para ello se han estado utilizando los cohetes reutilizables Falcon cuya evolución para el proyecto de Marte ha sido denominada BFR  (Big Fucking Rocket). Los cohetes servirán para poner la nave en órbita y posteriormente regresar a la Tierra para recoger un nuevo depósito con combustible, que servirá para abastecer a la nave en pleno espacio, lo que permitirá llegar hasta Marte, con la ayuda además de paneles solares.  De las características técnicas del BFR sabemos que tendrá un potencia estimada de 127.800 kilonewton durante el despegue, para lo cual necesitará de la utilización de 42 motores Raptor. Sus dimensiones serán de 122 metros de alto y 12 metros de diámetro y el peso alcanzará las 13.033 toneladas. Las primeras pruebas para la construcción de los motores se han realizado en las instalaciones de desarrollo de cohetes que tiene SpaceX en McGregor, Texas donde se ha logrado que el motor Raptor pueda desarrollar una fuerza de empuje de hasta 3 meganewtons utilizando metano líquido (deep cryomethalox) como combustible, en lugar de queroseno. Respecto a las naves espaciales en las que viajarán los «astronautas» a Marte, la BFS (Big Fucking Spaceship) será una evolución de la Dragon, tendrá una capacidad para transportar 100 pasajeros y se podría llegar a ampliar hasta 200. También usará motores Raptor, pero en lugar de 42 llevará 9, de los cuales 6 estarán optimizados para el vacío y 3 para el nivel del mar. La nave marciana tendrá dos variedades, una tripulada y otra no tripulada o carguero. Como sistema complementario de energía para el viaje se dispondrá de paneles solares capaces de generar hasta 200kW de potencia. De esta forma gracias a la potencia generada por el combustible y los paneles solares el viaje se realizará a una velocidad de aproximadamente 100.800 km/h. Para viajar al planeta rojo primero se situará la nave marciana tripulada en órbita baja. Tras usar el combustible de sus tanques para alcanzar el espacio, la nave no podrá poner rumbo a Marte por sí sola sino que necesitará ser cargada de nuevo con combustible mediante la versión de carga. Además serán necesarias entre tres y cinco cargas de combustible para lograr que la nave llegue hasta Marte, lo cual significa que un viaje tripulado requerirá entre cuatro y seis lanzamientos del cohete. La nave usará su forma de cuerpo sustentador para entrar y maniobrar en la atmósfera marciana a velocidades muy elevadas, de hasta 8,5 km/s en Marte y 12,5 km/s en la Tierra por lo que necesitará contar con un escudo térmico muy robusto. Gracias a esta capacidad se puede aprovechar una mayor cantidad de ventanas de lanzamiento, lo que amplifica las posibilidades de realización de viajes. El vehículo usará retropropulsión supersónica para frenar y aterrizar en Marte sin necesidad de paracaídas u otros sistemas de frenado. Aterrizará en posición vertical al igual que lo hacen los cohetes reutilizables de SpaceX. Mientras los astronautas exploran o colonizan Marte, la nave tendrá que comenzar a generar metano mediante tecnologías ISRU (In-Situ Resource Utilization) con el fin contar con la energía que le permita volver a la Tierra.  La primera de estas impresionantes naves será llamada «Corazón de Oro», en honor a la que aparece en la novela de ciencia ficción de Douglas Adams «Guía del autoestopista galáctico».

spacex

Posteriormente habrá que trabajar también en cómo será la vida en el propio planeta, teniendo en cuenta que Elon Musk estima que la humanidad tardará entre 40 y 100 años en crear una civilización sostenible en Marte y que se podría llevar al planeta rojo a un millón de personas. De esta forma su objetivo es crear parte de las herramientas que ayudarán a que podamos viajar al planeta, pero otras muchas empresas y todo tipo de organizaciones tendrán que colaborar para ofrecer soluciones en los aspectos relativos a las viviendas que utilizarán los colonos, la forma en la que se cultivarán los alimentos y otras mil cosas necesarias para la subsistencia de las personas.

Con esta visión hace tiempo que trabajan iniciativas como la que recientemente ha realizado la NASA en el lado norte del volcán Mauna Loa de Hawai, con el objetivo de simular cómo sería vivir en Marte. Para ello los tres hombres y tres mujeres que forman parte del programa Analogía y Simulación de Exploración Espacial en Hawái (HI-SEAS) han permanecido confinados durante un año, en un domo de 11 metros de diámetro y seis metros de altura, ubicado en una cantera alejada de personas, animales y vegetación. Otro proyecto que trabaja en esta línea es Mars Ice Dome, una cúpula cubierta de hielo diseñada para dar cobijo y proteger de las radiaciones a los primeros astronautas que llegaran a Marte. Sus promotores son investigadores del Langley Research Center de la NASA en Hampton, en colaboración con los estudios Space Exploration Architecture y Clouds Architecture Office. Gracias a estas iniciativas y otras que están realizando otros países y empresas, parece claro que no toda la responsabilidad del proyecto de colonización de Marte será asumido por SpaceX, principalmente si tenemos en cuenta la explicación de Elon Musk al comparar este proyecto con la construcción del Ferrocarril Union Pacific, que atraviesa todo Norteamérica. Por lo tanto SpaceX se va a enfocar en crear la red de transporte, pero no la colonia en Marte.

La gente antaño creía que era ridículo construir una línea de ferrocarril hasta la costa oeste de Estados Unidos, la gente decía: No hay nada allí, ¿para qué hacerlo? Y ahora fíjense, California es el hogar de Silicon Valley, el centro del mundo tecnológico. Elon Musk

Cómo podrá SpaceX financiar la gran inversión que supone llegar a Marte

Tras la presentación de los planes de Elon Musk para llegar a Marte muchos expertos han puesto en duda su capacidad para hacer posible esta misión y lo cierto es que estamos ante un proyecto tan ambicioso que tiene altas probabilidades de fracasar por su propia dimensión, sobre todo a nivel económico. Pero Elon Musk no está solo en este reto. La presentación realizada el 27 de septiembre parece una llamada de atención, o más bien una invitación, para que la humanidad se involucre en el proyecto. Seguramente por eso se ha realizado en el marco de un congreso científico, para lograr que los científicos ayuden a realizar las investigaciones necesarias para afrontar con éxito el proyecto. Igualmente la presentación de Musk parece un manual de instrucciones sobre como organizaciones con muchos más recursos que SpaceX pueden afrontar la colonización de Marte. La propia NASA tiene ahora un modelo mucho más concreto sobre cómo puede avanzar en su proyecto para llevar astronautas a Marte. Si tenemos en cuenta las importantes colaboraciones que realiza SpaceX con NASA y con otras agencias espaciales, queda claro que van a surgir consorcios de trabajo que ayuden a poner en marcha esta misión y llevarla a cabo, quizás no con los plazos tan ajustados que se han establecido, pero casi seguro que a lo largo de la próxima década se convertirá en una realidad. Para ello Elon Musk busca patrocinadores y la notoriedad que está logrando a nivel empresarial le va a resultar de gran utilidad. La colonización de Marte puede ofrecer un gran atractivo económico para muchas empresas que buscan nuevas formas de crecer a través de la innovación, empresas que pueden encontrar ahora nuevos horizontes por explorar. ¿Cómo será la vida en Marte? aún no lo sabemos pero está claro que se presentan infinitas oportunidades para todos aquellos que estén dispuestos a salir de la comodidad, que hasta ahora nos ha ofrecido la Tierra. Es el momento de empezar a inventar cómo será la vida en el espacio, en todo tipo de aspectos relacionados con la alimentación, el descanso, la salud, el ocio, la reproducción y la educación. Por eso es tan importante el papel que puedan jugar nuevos emprendedores que estén dispuestos a imaginar aquellos problemas a los que se enfrentarán las personas que vivan fuera de la tierra y realizar propuestas que ayuden a resolverlos.

Otras iniciativas que tienen la vista puesta en la colonización de Marte

Elon Musk no está solo en la aventura para viajar a Marte en los próximos 10 años. En el propio Congreso Internacional de Astronáutica realizado en México, participaron tres mil expertos de 78 países para trabajar en diversos temas del ámbito aeroespacial, y uno de los más importantes que se ha tratado ha sido el análisis de las posibilidades de que una misión de humanos viaje a Marte y llegue a colonizarlo. En palabras de Kiyoshi Higuchi, presidente de la Federación Internacional de Astronáutica, su principal objetivo consiste en asegurar que el cosmos sea accesible y alcanzable para todos. El congreso es la punta de lanza del intercambio de ideas entre científicos, técnicos e ingenieros, así como agencias espaciales y universidades, para ayudar en los esfuerzos en materia espacial y de tecnología. Para ello se han realizado 170 sesiones técnicas y más de 100 demostraciones del sector espacial.

A continuación vamos a conocer una serie de personas que comparten la visión de Elon Musk y que unidos van a poder afrontar con mayores garantías el gran plan de la humanidad de colonizar Marte:

Buzz Aldrin es un ex astronauta de la NASA y fue la segunda persona en pisar la Luna. Ha aprovechado también el Congreso Internacional de Astronáutica 2016 para presentar su proyecto para colonizar la Luna y Marte. El proyecto denominado Tiber Trek propone una alianza entre cinco países, los cuales colocarían poco a poco partes de naves espaciales para construir una base lunar, y posteriormente lograr una base humana en Marte. Gracias a este plan los gastos serían compartidos a través de una alianza entre los cinco países, así como también con inversión de empresas privadas. Las naves que ha ideado se llaman Cycles, podrían realizar viajes de ida y vuelta de manera permanente, en lugar de despegar y aterrizar en cada ocasión, con el objetivo de reducir costes de operación. De esta forma se crearía un método de transporte que circule entre la Tierra y la Luna, y otro entre la Tierra y Marte. Se haría un gran lanzamiento primero, y después pequeños lanzamientos que vayan optimizando la nave y dejando pequeñas partes, para posteriormente saltar de una a otra órbita, lo cual resultaría menos costoso que con los métodos actuales. Gracias a este plan se podría construir  un hábitat de manera progresiva en Marte y en la Luna, similar al que durante mucho tiempo ha estado funcionando en la Estación Espacial Internacional y que ha ayudado a dar un salto sustancial en la exploración del espacio.

Mark McCaughrean es asesor científico de la Agencia Espacial Europea y recientemente ha contado interesantes novedades sobre el trabajo que se está realizando para conocer Marte de cara a una futura colonización. Se trata de la actividad que desarrolla ExoMars Trace Gas Orbiter un orbitador transportador robótico, que fue lanzado hacia Marte el 14 de marzo de 2016 como parte del programa ExoMars, liderado por la ESA y la agencia espacial rusa. Uno de los objetivos de este proyecto es buscar moléculas muy raras en la atmósfera de Marte, en particular metano. Se sabe que hay metano en la atmósfera marciana gracias al descubrimiento realizado en 2003 por la Mars Express, pero el metano no debería estar ahí porque es destruido por la radiación ultravioleta y porque escapa al espacio. Por lo tanto se deduce que el metano se debe estar produciendo de manera natural en Marte. Esto puede deberse a reacciones químicas que se producen en las profundidades del planeta, donde hay lugares con agua caliente y rocas que cambian de un tipo a otro liberando metano. La otra posibilidad de que hubiese metano, sería el caso de que existiese vida en Marte.

Cuando la Tierra era muy joven, no había oxígeno pero había vida. Se llaman metanógenos. Marte nunca tuvo una atmósfera con oxígeno, solo con CO2, y si hay vida en Marte debe parecerse a una Tierra primitiva. Si analizas el metano que hay allí, que mediremos con mucha sensibilidad tratando de ver dónde está y cómo cambia. Si ese gas sale con azufre se debe a volcanes. Pero si ese gas sale sin otras moléculas de carbono entonces puede haber vida en Marte. Mark McCaughrean

Sean McMahon es un geólogo de la universidad de Yale que se dedica al estudio de la actividad sísmica de Marte. En su investigación ha comprobado que esta actividad sísmica podría favorecer la vida. Para ello ha observado que las rocas formadas por trozos de otras molidas en terremotos que se producen en las Islas Hébridas, en la costa de Escocia, son ricas en hidrógeno, un hallazgo que sugiere que una actividad sísmica similar en Marte podría producir el hidrógeno necesario para mantener la vida. Así, mientras que los humanos y otros animales obtienen su energía principalmente de las reacciones en las que participa el oxígeno, las bacterias utilizan una amplia gama de reacciones alternativas para la obtención de energía. La oxidación del gas de hidrógeno, por ejemplo, genera suficiente energía para las bacterias de profundidad en el subsuelo de la tierra. Aunque Marte no es muy sísmicamente activo, lo «martemotos» pudieron producir suficiente hidrógeno para apoyar a las pequeñas poblaciones de microorganismos, al menos por períodos cortos de tiempo. Es por esto por lo que la NASA tiene planes para medir la actividad sísmica en Marte durante su misión InSight 2018, y los datos del estudio realizado por McMahon harán que esas mediciones sean aún más interesantes de cara a búsqueda de vida en Marte.

Marte es la culminación de un sueño. Al alcanzar una distancia tan remota en el espacio, se vislumbra la idea de que algún día el ser humano visite este planeta, o incluso pueda instalarse allí. Y además, está la idea de que quizá algún día hubo o podría haber vida en Marte. Michel Denis, director de las operaciones de vuelo de la misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea

Bernard Foing es un astrofísico que trabaja como director del Grupo Internacional de Exploración Lunar en la Agencia Espacial Europea y que considera a la Luna como el octavo continente de la Tierra. Su objetivo es establecer una base permanente en la Luna que contribuya al desarrollo tecnológico, ayude a hacer avanzar la ciencia, superar los límites actuales del conocimiento que tenemos sobre la Luna, sobre la Tierra y sobre el universo. Disponer de una base en la Luna resultará de gran relevancia de cara a prepararse para la exploración espacial de Marte y de otras regiones más alejadas del Sistema Solar. La ESA también usará la Luna como laboratorio en el que establecer ecosistemas formados por plantas y más adelante, animales y humanos. Para ello tiene previsto enviar primero una misión robótica que plantará un pequeño huerto y lo preparará para cuando lleguen los humanos. Todos esos organismos, incluidos los humanos, se deberán sostener de forma autosuficiente usando para ello los recursos que hay en el suelo lunar, desde metales y minerales, hasta el agua helada que se ha descubierto en los polos y el oxígeno de las rocas que se puede usar para respirar o como combustible para el sistema de propulsión de cohetes. Una vez en la superficie lunar, los investigadores estudian colocar módulos habitables y de laboratorio a dos metros de profundidad, bajo el suelo, de esta manera los astronautas estarán protegidos en su interior, no sólo de la radiación, sino también de las temperaturas extremas y de posibles impactos de meteoritos.

La década pasada fue la de los orbitadores, la que viene será la de los alunizadores; y la siguiente, la de la base lunar. Primero enviaremos astronautas, ingenieros, pero luego necesitaremos todo tipo de profesiones. Bernard Foing

Zhang Rongqiao es el responsable de la primera misión con la que la agencia China National Space Administration, se ha propuesto llegar a Marte en el año 2020.  Para el lanzamiento se utilizará el cohete Larga Marcjha CZ-5. Además se han desarrollado una sonda, el módulo de aterrizaje y el vehículo de exploración, que partirán hacia Marte durante el verano de 2017. El lanzamiento se realizará desde el centro espacial Wenchang en la provincia de Hainan, al sur de China, y la sonda viajará durante siete meses hasta aterrizar cerca del ecuador del planeta rojo. Para esta misión se ha equipado el vehículo de exploración con trece instrumentos científicos, como cámaras, un radar para explorar el subsuelo y un láser para estudiar la composición química del suelo. Todo ello ayudará a conocer mejor la composición y estructura del terreno, la atmósfera y la distribución del agua y el hielo en el planeta rojo. El modelo de rover que se ha diseñado cuenta con seis ruedas, un peso de 200 kilogramos y dispone de cuatro paneles solares que serán los responsables de proporcionarle energía por los tres meses que durará la misión.

Charles Bombardier es un científico, inventor y propietario de la empresa canadiense de ingeniería Bombardier, que ha desarrollado un nuevo concepto de nave denominada «tren espacial» con el que se podría viajar a Marte en tan solo 48 horas. El denominado Solar Express estaría formado por una serie de cilindros alineados. Cada cilindro tendría una longitud de al menos 50 metros, y el tren estaría compuesto por seis cilindros colocados en una línea recta. Estos cilindros se dividirán en cuatro compartimentos de carga y podrían ser intercambiados en vuelo con la ayuda de robots. El tren espacial acelerará utilizando cohetes, y el combustible almacenado en el núcleo del tren podría ser utilizado para hacer ajustes en la velocidad. El proceso podría usar el poder de la gravedad para funcionar como una onda alrededor de los planetas o lunas. El objetivo es que la nave pueda viajar al uno por ciento de la velocidad de la luz, 3.000 km por segundo. Bombardier explica que en el espacio, las fases más complejas y caras de los viajes son la aceleración y deceleración, ya que la energía necesaria es enorme. Sin embargo, una vez que la nave alcanza su velocidad de crucero, el consumo de energía se reduce enormemente, por eso el Solar Express, nunca se detendrá, en su lugar los vagones o cápsulas en las que viajen las personas o las mercancías se reunirían con él. Además enormes paneles solares situados a lo largo del recorrido del tren podrían ser utilizados para capturar la energía solar y transferirla por láser hasta los supercondensadores. El agua recolectada en los cometas también podría ser utilizado para crear hidrógeno y propelente, pero el sistema de energía principal debería proceder de propulsores de iones.

65 millones de la NASA para fomentar el desarrollo de proyectos que ayuden a colonizar Marte

A todas las iniciativas que hemos visto anteriormente se van a sumar en poco tiempo muchas otras que aumentarán enormemente las posibilidades de que pronto se produzca la llegada de los humanos a Marte. Algunas de estas nuevas iniciativas serán apoyadas por el programa NeXTstep, con el que la NASA busca incentivar el desarrollo de proyectos privados que colaboren en el objetivo de colonizar Marte. Para ello cuenta con un presupuesto de 65 millones de dólares que repartirá a lo largo de los dos próximos años entre las 6 empresas que realicen las mejores propuestas de creación nuevos hábitats capaces de resistir los retos del espacio profundo, de albergar humanos, resistir al viaje y aterrizar en la superficie marciana. Entre los proyectos que se han presentado a esta iniciativa encontramos los módulos Bigelow pensados para que puedan habitar las personas residentes en Marte y el proyecto NanoRacks que promueve que el compartimento de combustible de una nave, pueda ser utilizado como lugar habitable con ciertas modificaciones una vez haya aterrizado en Marte.

La empresa Lockheed Martin también colabora en esta iniciativa de la NASA y recientemente ha presentado un plan con el objetivo de conquistar Marte en 2028. El proyecto se llama Mars Base Camp y para su realización tiene previsto utilizar la nave Orión que está desarrollando por encargo de la NASA y la ESA. En este plan está previsto utilizar uno de los módulos de la nave como hábitat para la tripulación y el otro se utilizará como laboratorio. Del mismo modo, una de las naves Orión servirá como vehículo de reentrada atmosférica para regresar a la Tierra, mientras que otra se empleará para explorar Fobos o Deimos y, de paso, se usaría como nave de emergencia en caso de que surja algún problema con la cápsula principal. Cada nave usará dos grandes paneles solares circulares para generar la energía eléctrica necesaria.

Conclusión

El plan de Elon Musk para colonizar Marte es una ventana de oportunidad para organizaciones, empresas, emprendedores y trabajadores que quieran sumarse a la nueva economía que se va a generar en el momento en el que la humanidad no se vea limitada al planeta Tierra. Estamos presenciando el pistoletazo de salida para un gran proyecto que va a necesitar de la inteligencia y el esfuerzo de muchísima gente que ayude a convertirlo en una realidad. Esto a su vez supone una gran responsabilidad que debemos aprovechar para mejorar como civilización, haciendo lo posible por resolver los problemas que aún encontramos en la Tierra, como es el cambio climático. Las investigaciones y desarrollos tecnológicos que será necesario realizar para la exploración del Universo tendrán a su vez una utilidad para mejorar los procedimientos que utilizamos en la Tierra por ejemplo a nivel de transporte, de forma que puedan resultar más eficientes, por lo que todos saldremos beneficiados por ello.

La Tierra es la cuna de la humanidad, pero no se puede vivir en una cuna para siempre. Konstantín Tsiolkovski

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