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La razón por la que no escaneamos los códigos QR

Los hábitos son como hebras. Si día tras día las trenzamos en una cuerda, pronto resultará irrompible. Horace Mann

Crear nuevos hábitos en la gente es un gran reto al que se enfrentan aquellas empresas o inventores que son capaces de inventar algo completamente novedoso, con la visión de ofrecer una nueva utilidad a la sociedad. A lo largo de la historia han sido muchas las invenciones que no han llegado a popularizarse por la falta de interés por parte de las personas o por determinadas dificultades a nivel de adopción, como puede ser la complejidad técnica o el precio elevado. A continuación vamos a analizar unas cuantas iniciativas que se han estrellado contra el muro que supone la pasividad que muestra la gente cuando se les presentan productos o servicios muy novedosos.

Los códigos QR, o códigos de respuesta rápida, son un buen ejemplo de las dificultades a las que se enfrentan determinadas novedades tecnológicas cuando se pretende que sean usadas de manera masiva por parte de la gente. Aunque su utilidad inicial se encontraba en el ámbito de la industria, con el objetivo de gestionar el registro de repuestos en el área de la fabricación de vehículos, en la empresa Denso Wave, subsidiaria de Toyota, son muchas las empresas que han querido utilizar estos códigos para ofrecer todo tipo de utilidades relacionadas con el acceso a la información y la vinculación de espacios físicos con aplicaciones online. Y aunque en Japón sí que se ha llegado a lograr que muchas personas se acostumbren a escanear códigos QR, la realidad en el resto del mundo ha sido muy diferente. Por alguna razón los usuarios de smartphone nos hemos acostumbrado a hacer muchas cosas, como escuchar música, hacer fotos, conectarnos a las redes sociales o realizar compras online, pero no hemos adquirido el hábito de escanear los códigos QR, como los que podemos encontrar en todo tipo de cartelería pública. De esta forma hemos visto cómo durante un tiempo se puso de moda colocar los QR en muchos lugares, como podían ser carteles y folletos publicitarios, pero poco a poco se ha ido dejando de hacer, al comprobar que la gente no estaba interesada en utilizarlos. Es difícil saber exactamente la razón por la que se ha dado esta situación, quizás habría sido muy diferente si los fabricantes de smartphones hubiesen hecho una apuesta decidida por esta tecnología, dándole prioridad a nivel de la usabilidad en sus dispositivos, pero a estas alturas parece complicado que esto llegue a suceder.

La Realidad Aumentada es otra de las tecnologías que no ha logrado hasta el momento una gran adopción por parte de los usuarios de smartphone. Es muy probable que esta tecnología sí que llegue a tener un importante uso en el futuro a través de nuevos dispositivos del tipo Google Glass, Hololens o las lunas digitales de los coches, pero en los smartphones parece que la gente ha decidido que el valor que le aporta es tan bajo que no le vale la pena hacer el esfuerzo de habituarse a usarlo. El gran perjudicado de esta situación ha sido Layar, el navegador de realidad aumentada creado en Amsterdam en 2009 y en el que se realizaron 2 rondas de inversión por valor de 17 millones de dólares por parte de Sunstone Capital, Prime Ventures e Intel Capital. En 2014 Layar fue comprado por la empresa inglesa Blippar para incluir su tecnología dentro de su servicio de marketing visual. Blippar emplea el reconocimiento de imágenes, la realidad aumentada y la tecnología de visión artificial para darle vida al mundo físico a través de los smartphones. La gran utilidad ofrecida por Layar consistía en poder agregar información sobre el espacio físico y visualizarla en la pantalla del smartphone gracias a la imagen tomada por la cámara. De esta forma por ejemplo la empresa española Idealista desarrolló una utilidad para Layar en la que se podía buscar piso directamente paseando por la calle y al mirar a través del móvil poder conocer la ubicación de los pisos disponibles en la zona en la que se encontraba el usuario. Una utilidad muy concreta y que aportaba un valor diferencial al usuario a la hora de buscar piso, pero que no ha llegado a tener éxito, porque las personas no nos hemos acostumbrado a sacar el móvil para navegar con realidad aumentada. Aunque como todo en la vida puede haber excepciones y el éxito del juego de realidad aumentada Pokémon Go es una prueba de ello.

Foursquare es una de las startups más estudiadas en el ámbito emprendedor, porque es un vivo ejemplo de lo realmente complicado que es tener éxito intentando que la gente adquiera un nuevo hábito. En este caso el objetivo de la empresa creada en 2009 era ayudar a los usuarios a tomar decisiones de consumo de manera geolocalizada y en base a las recomendaciones realizadas por otros usuarios. Esto que suena tan bien y que ha llegado a convertirse en una categoría propia dentro del ámbito de las apps, llamada SoLoMo, por Social Local Mobile, se ha mostrado como un verdadero fracaso debido a que no se ha logrado una masa crítica de usuarios suficientemente relevante como para justificar los 166 millones de dólares invertidos en la startup y la gran expectativa que sobre ella se ha llegado a generar. Lo curioso de este caso es que otras startups que han perseguido fines similares tampoco han logrado el éxito, como es el caso de Gowalla que pese a haber sido adquirida por Facebook tampoco logró que la gente se habituase a realizar recomendaciones de negocios basado en su geoposicionamiento. A todo esto hay que sumar el intento que se ha realizado por parte de estas empresas de utilizar la gamificación para potenciar su uso, con los famosos check ins que los usuarios tenían que hacer para lograr puntos que les permitían destacar sobre otros usuarios en determinados lugares. Uniendo todos estos aspectos vemos que la gente no ha adquirido el hábito de realizar recomendaciones de lugares o negocios a través de una app, lo cual nos lleva a pensar en que quizás no se han ofrecido los incentivos adecuados para que el usuario realmente perciba el gran valor que puede recibir al usar una app de este tipo. Es muy probable que una de las principales razones de este fracaso haya sido que los negocios no se han involucrado realmente en esta iniciativa, ya que estos eran los que debían ofrecer incentivos a los usuarios que realizasen recomendaciones sobre ellos. Al fallar un eslabón tan importante de la cadena el resto era imposible que llegase a fructificar.

Google Plus es un excelente ejemplo de la situación en la que, cuando la gente no quiere usar algo, por mucho dinero e influencia que se tenga, el fracaso está casi asegurado. De otra forma no puede explicarse cómo es posible que Google siendo la empresa más importante en Internet, no haya logrado que aquellas herramientas sociales que ha lanzado a lo largo de la historia no hayan logrado imponerse en el mercado, como sí lo han hecho algunas de sus otras propuestas como son Gmail, Maps, Chrome, Android, … Entre los grandes fracasos de Google en el campo de las redes sociales nos encontramos con Wave, Buzz y más recientemente Plus. Está claro que una parte importante de la falta de uso de Google Plus se debe a la predominancia de Facebook, como líder indiscutible de las redes sociales, pero también es cierto que otras propuestas sociales como Instagram o Snapchat sí que han logrado una gran tracción y han superado notablemente en capacidad de atracción y retención a las propuestas sociales realizadas por Google. Del mismo modo vemos cómo en el ámbito de las Apps también Facebook ha logrado imponerse notablemente sobre Google, ya que excepto por la presencia de Youtube, en la mayoría de los rankings encontramos las apps propiedad de Facebook por delante de las de Google. En este punto queda claro por un lado que ninguna empresa puede llegar a ser la mejor en todo lo que emprende y por otro lado que cada vez se hace más complicado adentrarse en ámbitos de uso en los que los intereses o gustos de los usuarios se hacen más diferentes. Mención especial merece en este punto Snapchat que en estos momentos es uno de los grandes protagonistas en el ámbito de Internet ya que en muy poco tiempo ha logrado «enganchar» a más de 150 millones de usuarios y recaudar 2.600 millones de dólares en 7 rondas de inversión, desde su fundación en 2011, llegando en 2017 a cotizar en bolsa con una valoración superior a los 25.000 millones de dólares. Atrás quedan los 3.000 millones de dólares que llegó a ofrecer Google para hacerse con la startup en 2013, de haberse realizado la compra probablemente ahora Google tendría una mejor posición en el ámbito de las redes sociales y las aplicaciones móviles, pero eso es otra historia.

Pagar por navegar y ver publicidad. Han sido ingentes e infructuosos los intentos de muchas startups por crear negocios basados en pagar a los usuarios por navegar por determinadas páginas webs y ver anuncios publicitarios. La realidad nuevamente se ha vuelto a imponer sobre lo que inicialmente podía parecer una fantástica idea, porque realmente ninguna startup ha logrado crear un negocio relevante por medio de este tipo de estrategias publicitarias. Esto nos lleva a pensar en una situación que se produce con mucha frecuencia en la que emprendedores y empresas generan ideas que realmente no resuelven una necesidad real de las personas, de forma que al lanzar estas ideas al mercado se encuentran con la pasividad de los usuarios. Por eso resulta tan necesario utilizar metodologías de validación de las ideas como las que se ofrecen a través de Lean Startup. Igualmente resulta fundamental ponerse a trabajar en resolver los grandes problemas de la humanidad, porque aunque inicialmente puedan parecer inabarcables, la realidad es que ahí es donde se encuentran las grandes oportunidades de negocio.

Iridium es uno de los grandes fracasos de la historia de la tecnología. Tras su fundación por parte de Motorola en 1998, con el objetivo de desplegar una constelación de 66 satélites de comunicaciones e intentar vender terminales de telefonía móvil vía satélite a un precio de 3.500 dólares, la empresa no fue capaz de desarrollar un modelo de negocio viable pese a haberse invertido en ella 3.000 millones de dólares. El gran problema al que se enfrentó la empresa y que la llevó al fracaso, fue no ser capaz de demostrar la gran utilidad que podía ofrecer a todas aquellas personas que podían necesitar comunicarse en aquellos lugares sin cobertura móvil, sobrepasando la problemática que podía suponer el gran coste de los terminales y su abultado tamaño, que lo hacían bastante incómodo de transportar. La empresa posteriormente pudo ser reflotada y modificó su modelo de negocio de forma que en lugar de dirigirse a los particulares o profesionales, se dirigía a las grandes empresas como es el caso de las petroleras y las fuerzas armadas. El caso de Iridium nos lleva a pensar que en ocasiones los avances tecnológicos pueden estar por encima de las necesidades reales de la gente o de la capacidad del mercado para asimilar estas tecnologías, ya sea por su complejidad técnica o por el elevado precio que puede presentar.

Segway

Segway es otra de las empresas que ejemplifican la gran dificultad que existe para lograr que la gente se lance a comprar un producto novedoso, que le puede aportar un gran valor, pero en el que las barreras de adopción son tan altas que imposibilita su éxito masivo. El producto inventado por Dean Kamen en los años 90 y que comenzó a comercializarse en 2001 consistía en un un vehículo eléctrico, de transporte ligero giroscópico, de dos ruedas, con autobalanceo controlado por ordenador. Las expectativas que generó en el mercado fueron increíbles. Steve Jobs cuando descubrió el producto llegó a sugerir que las ciudades serían construidas alrededor de este nuevo método de transporte y John Doerr, del fondo de capital riesgo Kleiner Perkins Caufield & Byers, predijo ventas del producto que llegarían a los 100.000 millones de euros. Para afrontar la demanda esperada del Segway la fábrica en la que se producían fue diseñada para construir hasta 40.000 unidades mensuales. Por la expectación generada se llegaron a pagar hasta 100.000 dólares en subasta por las primeras unidades, pero una vez que se puso en el mercado la realidad fue muy diferente a lo esperado. Frente a las 50.000 unidades que esperaba vender la compañía el primer año, tan sólo se vendieron 6.000 unidades en los dos primeros años, lo cual supuso un estrepitoso fracaso. Pivotar en su modelo de negocio fue la única solución que encontró Segway Inc para salir de esta situación, de forma que lo que le ha funcionado relativamente bien es vender su producto a empresas e instituciones, como son las fuerzas de seguridad y las empresas que realizan rutas turísticas por la ciudad.

¿Qué podemos hacer para lograr que la gente use algo que supone un cambio de hábitos?

1. Publicidad: a lo largo de décadas han sido muchas las empresas que han tenido en la televisión su mejor aliado para convencer a la gente de que tenía que comprar cosas que realmente no necesitaban. Gracias a ello han proliferado muchas marcas que producen y comercializan productos de lujo, que de otra forma habrían tenido casi imposible despertar la necesidad en la gente para que los comprase. Uno de los casos de éxito más recientes, en cuanto a la utilización de la publicidad en televisión para cambiar los hábitos de la gente y convencerles de que deben usar un producto al que no están habituados es Wallapop. Se trata de una app que ha popularizado en España la compra venta de productos de segunda mano entre particulares, algo que hace muy pocos años podía resultar impensable, debido a que la cultura o forma de pensar de los españoles, hasta ahora, era más proclive a que todo lo que usamos debe ser nuevo y lo tenemos que tener en propiedad. Sin embargo esta situación ha ido cambiando en los últimos años, en una parte importante debido a la crisis económica, que ha provocado que la gente busque alternativas más económicas a la hora de consumir, viajar, alojarse, … Aprovechando esta situación a nivel social y apoyándose en la publicidad en televisión como herramienta para convencer a la gente de que debe hacer cosas nuevas a las que no estaba acostumbrada. Así es como Wallapop ha logrado que millones de personas comiencen a comprar y vender productos de segunda mano, consiguiendo incluso que esto pueda parecer algo «cool» y divertido.

2. Viralidad: lograr que sean tus propios clientes o usuarios quienes te hagan el marketing es el sueño de cualquier empresa o emprendedor, pero pocos lo consiguen, porque la gente es impredecible y muy difícil de controlar. Sin embargo, de vez en cuando, surgen empresas que son capaces de desafiar a la lógica y lograr un éxito enorme exclusivamente gracias a la viralidad que sus usuarios le proporcionan. Es el caso de Facebook que en sus primeros años de vida, sin haber tenido que invertir en publicidad, logró cientos de millones de usuarios gracias al gran interés que despertaba en la gente poder ver las fotos de sus amigos y poder disponer de un canal tan directo para comunicarse con ellos. De esta forma una idea que no era nueva, porque ya antes habían existido otras redes sociales como Myspace, Hi5 y Friendster, ha logrado convertirse en imprescindible para millones de personas, que lo han adoptado como algo propio, que les ofrece una nueva forma de comunicarse y que incluso a mucha gente le ha cambiado la vida, porque, por ejemplo, le ha ayudado a encontrar pareja o reencontrarse con sus amigos de la infancia. La utilización de la identidad real de las personas fue el gran cambio que introdujo Facebook respecto a las redes sociales anteriores y marcó la diferencia para lograr imponerse sobre sus competidores. Pese a la idea inicial que podíamos tener al pensar que la gente no querría sacrificar su privacidad para poder estar en contacto con sus amigos y familiares a través de una red social, la realidad ha sido muy distinta y precisamente esto es lo que ha permitido convertirse en la web con mayor número de usuarios registrados de todo el mundo.

3. Famosos: cuando los fundadores de Twitter crearon un sistema de comunicación interno para su empresa, en el que cada uno de los trabajadores decía qué era lo que estaba haciendo en cada momento, no imaginaron que aquella utilidad iba querer usarla mucha gente, principalmente los denominados tekkies o early adopters de la tecnología. Estos early adopters fueron los que ayudaron a Twitter a extenderse a nivel mundial y lograr una primera masa crítica de usuarios que lo validaba como herramienta para comunicarse y mantenerse informado. Pero, para que Twitter diese el salto de los tekkies al gran público tuvo que suceder algo que seguramente sus creadores tampoco habían imaginado. En el año 2009 el famoso Ashton Kutcher, que además es muy activo en Silicon Valley como business angel, propuso el reto a la cadena de noticias CNN para ver quién conseguía antes alcanzar la cifra de 1 millón de seguidores en Twitter. Desde ese momento miles de famosos e importantes marcas comerciales, se han lanzado a una carrera por conseguir followers en la red social y han servido como un gran atractor para que millones de personas se decidiesen a utilizar este servicio online. Ahora Twitter se ha convertido en uno de los canales de información más importantes a nivel mundial, que aprovechan para difundir sus noticias los medios de comunicación, las empresas e incluso los políticos, pero si no hubiese sido por los famosos habría resultado casi imposible que esta red social alcanzase los más de 300 millones de usuarios con los que cuenta en la actualidad.

4. Incentivo económico: pese a contar con todas las opciones anteriores para lograr que la gente adopte nuevos hábitos de consumo, en ocasiones todo esto resulta insuficiente y se hace necesario aplicar otros incentivos que rompan los prejuicios de la gente a probar cosas nuevas. Es el caso de la acción que tuvo que desarrollar la empresa Paypal, como pionera de los medios de pago a través de Internet, para lograr que la gente comenzase a utilizarlo y de esta forma entendiesen que se trataba de un método de pago seguro, que además ofrecía otras ventajas como sencillez y facilidad, respecto de otros métodos de pago anteriores. En el año 2.000, dos años antes de que fuese adquirida por Ebay, y en pleno furor de la burbuja.com, los fundadores de Paypal tuvieron la «genial» idea de regalar 10 dólares a todas aquellas personas que se diesen de alta en su web y la utilizasen para realizar pagos online. Esta idea que en ese momento pudo parecer una locura y que podría haber llevado a la empresa a la quiebra, fue lo que permitió a Paypal conseguir millones de usuarios y lo que es más importante, lograr su confianza para atreverse a empezar a pagar sus compras por Internet.

5. Bigdata: analizar los hábitos de uso y los gustos de sus millones de usuarios es la herramienta a la que ha recurrido la empresa Netflix para desarrollar algoritmos que le permitan predecir qué contenidos audiovisuales tendrán éxito en el futuro y poder ser la primera en ofrecérselo a sus clientes. La empresa de streaming de películas y series toma sus decisiones de adquisición de los derechos de distribución de nuevos productos basándose en el conocimiento que ha logrado tener de sus usuarios, lo cual le permite fallar menos en sus decisiones y lograr grandes casos de éxito como el conseguido con la serie House of Cards. La capacidad para analizar y entender los grandes volúmenes de información que la gente está generando, con su actividad en la red, va a resultar fundamental en la estrategia futura de las empresas, de esta forma se podrá evitar el gran problema de incertidumbre al que se enfrenta muchas empresas, y sobre todo los emprendedores, cuando lanzan nuevos productos o servicios sin saber si realmente las personas estarán interesados en adquirirlos.

Cómo se consigue que la gente adopte hábitos desde el aspecto de la productividad y desarrollo personal

Estudiar y entender cómo la gente puede cambiar sus hábitos, cuando se propone realizar un cambio en su vida, ya sea para mejorar su salud, su estética o su productividad, nos puede ayudar a descubrir cómo, desde las empresas, podemos accionar los resortes necesarios para que la gente decida comprar el producto o servicio que hemos desarrollado. Veamos a continuación qué estrategias podemos utilizar para lograr que se produzcan esos cambios de hábitos en la gente:

1. Pequeños cambios incrementales: cuando una persona decide que quiere correr una maratón no puede pretender presentarse en la línea de salida el día de la carrera sin haber entrenado antes. Para entrenar una maratón es necesario realizar un entrenamiento en el que se va incrementando poco a poco la distancia realizada. Igualmente cuando una persona quiere empezar a correr no puede pretender correr el primer día durante una hora, porque la experiencia puede ser horrible. Por esto cuando una persona quiere lograr un reto importante en su vida es imprescindible comenzar por realizar pequeños retos que vayan suponiendo un aliciente para continuar superándose y de esta forma además el cuerpo y la mente se va habituando para que la consecución del objetivo marcado no se convierta en un trauma. Por lo tanto, si desde las empresas queremos producir un cambio de hábitos en las personas, tenemos que hacerlo de manera progresiva y dosificada. Por ejemplo la empresa Uber, cuyo objetivo a largo plazo es contar con una gran flota de coches autónomos repartida por todo el mundo, de forma que las personas, cuando quieran desplazarse por la ciudad, recurran a su app para solicitar un transporte, primero ha tenido que empezar por realizar otros servicios asociados con el transporte, para poco a poco ir introduciendo otros avances, según va estando preparada tanto la tecnología como la sociedad o incluso la legislación correspondiente.

2. Ofrecer recompensas por el esfuerzo realizado: las personas que quieren eliminar de sus vidas un mal hábito, como puede ser la adicción al tabaco, suelen utilizar el recurso de premiarse con otro tipo de placeres que ayuden a compensar el sacrificio que supone abandonar algo que les reporta una satisfacción, aunque sea momentánea. En el mundo de las empresas también es habitual ofrecer recompensas a sus clientes cuando consiguen que estos realicen alguna acción que les ayuda o beneficia, por ejemplo muchas empresas ofrecen un incentivo económico en forma de descuento por la compra de sus productos, cuando los clientes se suscriben a la newsletter de la empresa o recomiendan un producto a través de las redes sociales. Este descuento incluso puede llegar a convertirse en un premio o producto de regalo, cuando un cliente realiza una acción que facilita a la empresa la captación de otros clientes, es lo que se conoce como estrategia de «member get member», que a algunas empresas ha proporcionado resultados muy satisfactorios. En el caso de una empresa como Blablacar que en sus inicios tuvo que enfrentarse al gran problema que suponía la falta de confianza de los usuarios respecto al uso de coche compartido, la estrategia utilizada por la empresa y que le reportó muy buenos resultados fue recurrir a las empresas para que ofreciesen incentivos laborales a los trabajadores que optasen por el uso de coche compartido.

3. Realizar un compromiso público y compartir los avances: si volvemos con el ejemplo de adquirir el hábito de realizar deporte o comenzar a correr, hemos visto que en los últimos años han tenido un gran éxito las apps que servían para llevar un control de la actividad deportiva y compartir los resultados a través de las redes sociales. Estas apps como Runtastic, Runkeeper, Strava y Endomondo han logrado un notable éxito ayudando a millones de personas a conseguir sus objetivos en el ámbito deportivo. Gracias a este éxito empresas de diseño, fabricación y venta de material deportivo, como Adidas, Asics y Under Armour han decidido comprar estas apps para lograr una mayor vinculación con sus clientes, a los que podrán vender sus productos con un conocimiento mucho mayor de sus hábitos a nivel deportivo.

Estas tres estrategias y otras muchas que se utilizan habitualmente para lograr un cambio de hábitos en las personas, también pueden aplicarse en las empresas como palancas que ayuden a convencer a las personas para que se conviertan en clientes, posteriormente fidelizarlos, y, finalmente, lograr que aumenten el valor que le reportan a la empresa.

Tecnologías que se encuentran en pleno desarrollo y muestran una gran incertidumbre para su futuro

Los coches voladores. Durante décadas la gente imaginó que los coches dejarían de desplazarse por el suelo y emprenderían el vuelo para facilitar los desplazamientos por las ciudades. Este sueño que han tenido los niños de muchas generaciones desapareció cuando fuimos conscientes de que, aunque la tecnología podía estar preparada para ofrecer este tipo de avances, a nivel social no existía un interés real por disponer de vehículos voladores, para sustituir a los coches que ahora utilizamos a diario. Pero esta situación podría empezar a cambiar, porque comenzamos a ver indicios de interés por parte de la industria tecnológica por explorar la posibilidad de crear coches voladores, igual que desde hace años vemos cómo se están desarrollando los coches autónomos. En esta línea hemos conocido cómo el fundador de Google, Larry Page, ha invertido 100 millones de dólares en la startup llamada Zee.Aero que desde 2010 trabaja para desarrollar un vehículo eléctrico volador con capacidad para despegar y aterrizar en vertical. La empresa ya dispone de prototipos con los que ha realizado pruebas de vuelo en el aeropuerto de Hollister, ocupa un edificio de tres mil metros cuadrados frente a la sede de Google en Mountain View y su equipo de más de 150 personas está formado por ex ingenieros de la NASA, de Boeing y de Space X. Además Larry Page también ha invertido en otra startup llamada Kitty Hawk, que ha sido fundada por el experto en coches autónomos y promotor de Google X, Sebastian Thrun. También la empresa Uber se ha mostrado interesada por el desarrollo de los coches voladores y ha presentado recientemente el proyecto Uber Elevate con el que pretende poner en marcha una iniciativa de transporte aéreo para el año 2020. En un futuro cercano parece bastante claro que los coches se van a conducir solos, pero ¿llegaremos a ver pronto en el cielo de nuestras ciudades coches voladores? aquí la incertidumbre es mucho mayor y será imprescindible trabajar en aspectos relacionados con la tecnología necesaria para un sistema de control y navegación aérea que garantice la seguridad para todos, además de todo el proceso de regulación y autorización por parte de las autoridades aeronáuticas.

Nos prometieron coches voladores y recibimos 140 caracteres. Peter Thiel, fundador de Paypal, Palantir y Founder Fund

Los viajes comerciales al espacio. Tal y como vimos en el artículo dedicado al auge que está tomando la exploración espacial, existen distintas iniciativas encaminadas a facilitar que cualquier persona pueda convertirse en turista espacial o, al menos, a corto plazo, experimentar la sensación que supone salir de la Tierra y poder observarla desde el espacio. El pionero en este ámbito es el empresario multimillonario Richard Branson, que, desde 2004, promueve el proyecto Virgin Galactic, con el objetivo de ofrecer a los particulares la posibilidad de realizar vuelos suborbitales tripulados en la nave SpaceShipTwo. Hasta el momento la empresa ha logrado convencer a más de 70.000 personas para que paguen los 200.000 euros que costará un viaje fuera de la Tierra, aunque sigue existiendo la incertidumbre sobre la fecha en la que esto podrá ser posible, debido a los problemas que ha tenido la empresa tras el accidente de una de sus naves en 2014. Otra de las empresas que trabaja para hacer posible los viajes de particulares al espacio es Space Expedition Corporation, que cuenta con una nave espacial de tamaño muy reducido en la que podrán viajar el piloto y un pasajero, que tendrá que pagar unos 100.000 euros para realizar el viaje suborbital.

Los viajes turísticos al espacio, al igual que la utilización de coches voladores, presentan actualmente una incertidumbre tan alta sobre su viabilidad, que pocos se atreven a realizar apuestas importantes a nivel económico, por el alto riesgo que supone. Sin embargo, la evolución histórica de la tecnología nos hace pensar que estas y otras novedades tecnológicas podrían llegar tener un gran recorrido como negocio en los próximos años. Hasta que ese momento llegue, serán muchos los emprendedores y empresas que arriesguen su dinero, incluso su vida, para lograr que el sueño de muchas personas llegue a convertirse en realidad.

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