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En busca de un nuevo modelo de negocio para los contenidos digitales

En mayo Futurizable pasará a convertirse en una newsletter exclusiva para aquellos suscriptores que hayan decidido que vale la pena pagar 1 euro a la semana por continuar leyendo los artículos que aquí publico. Hasta el momento 39 personas han participado en la campaña de crowdfunding que estoy realizando, eligiendo la recompensa correspondiente a la suscripción anual a la newsletter, lo cual me sirve como validación del modelo de suscripción de pago.

Tomar una decisión así no es sencillo, apenas existen ejemplos de iniciativas exitosas de contenido escrito, por el que la gente esté dispuesta a pagar, por lo que el riesgo al lanzar esta propuesta es muy alto. Pero la situación está cambiando y con Futurizable me gustaría ser parte de este cambio, que pronto puede producirse en los modelos de negocio digitales. Desde que se creó Internet la mayoría de los servicios y contenidos que se han ido desarrollando se han ofrecido de forma gratuíta y habitualmente se han estado rentabilizando a través de la publicidad. En el modelo publicitario es en el que se asientan los medios de comunicación online, portales de contenido, buscadores y las redes sociales. A lo largo del tiempo el modelo de negocio publicitario ha ido tomando diferentes variantes, desde los iniciales banners hasta modelos más avanzados como el CPC, CPL, la publicidad contextual, el remarketing, la publicidad segmentada… hasta llegar al Big Data.

Cuando no sabes cuál es el modelo de negocio de una web es porque el negocio eres tú.

Para algunas empresas como Google y Facebook el modelo publicitario ha funcionado muy bien durante mucho tiempo, permitiendo que estas empresas se conviertan en las más importantes en la red. Pero para otras muchas empresas el modelo publicitario ha llegado a resultar insostenible, de forma que nos encontramos en un momento en el que tienen que empezar a cambiar las cosas o muchas webs que se dedican a crear contenido van a desaparecer. Esto es así porque la publicidad en las webs de contenido presenta grandes problemas, en primer lugar para el usuario, que en muchas ocasiones se encuentra que para leer una noticia tiene que sortear múltiples obstáculos, en forma de banners intersticiales, que ni siquiera es capaz de encontrar la forma de cerrar, por lo que acaba desistiendo y cerrando la web. En otras ocasiones la publicidad ocupa tanto espacio entre el contenido que acaba perjudicando notablemente la experiencia de lectura. Y para terminar de rematar la faena, nos encontramos ahora con el contenido patrocinado, que está haciendo que para el lector resulte imposible diferenciar lo que es una noticia de lo que es publicidad, lo cual puede acabar con la credibilidad de los medios de comunicación. Todo esto está llevando a que los usuarios se rebelen y decidan tomar la iniciativa para cambiar la situación, recurriendo a los Adblockers para librarse del acoso en el que se ha convertido la publicidad en Internet. Ante esta tendencia algunos medios de comunicación han decidido adoptar represalias e impedir que sus noticias sean leídas por aquellos que utilicen Adblockers, por lo que se ha iniciado una guerra entre los medios y sus propios lectores. Finalmente el deterioro del modelo de negocio de los medios de comunicación online les está llevando a adoptar medidas desesperadas y lanzarse al sensacionalismo como única forma de sostenerse, al aumentar significativamente su tráfico, utilizando el denominado click baiting, que está llenando Internet, y sobre todo las redes sociales, de contenido basura.

Por lo tanto nos encontramos ante una situación muy complicada para los medios de comunicación online, sobre todo para aquellos que llevan mucho tiempo realizando su trabajo y tienen una estructura de editores que cada vez resulta menos sostenible en base al modelo de negocio publicitario. Lo peor es que la solución no es nada sencilla, ya que los propios usuarios que se sienten molestos por el acoso publicitario, tampoco reaccionan positivamente cuando se les hace la propuesta de pagar por el contenido, que sería la forma más sencilla de rentabilizar los medios de información online. Pero la situación tiene que cambiar y empezamos a ver los inicios de lo que puede ser una solución a este gran problema.

Spotify y Netflix son dos buenos ejemplos para ilustrar el cambio de tendencia en lo que se refiere a pagar por el acceso al contenido en Internet.

Cuando hace 10 años la gran mayoría del contenido multimedia que se consumía en Internet era descargado de forma «ilegal» a través de los programas para compartir contenido entre usuarios, ahora sabemos que una empresa como Spotify han logrado que más de 40 millones de personas paguen mensualmente para poder acceder al contenido. Para que esto haya sucedido por un lado hemos llegado a una situación en la que cada vez resulta más complejo acceder al contenido de forma «ilegal» y por otro lado se ha ofrecido un servicio notablemente superior a cualquier otra opción gratuita que pudiese encontrarse a través de la red. A esta situación es a la que se debería llegar también para otros tipos de contenidos digitales, pero la premisa tiene que ser la aportación de valor para el usuario, porque ya vemos que las otras opciones, que están intentando los medios, directamente no funcionan.

Aquí es donde debemos recurrir a la experiencia y consejos de personas con un gran conocimiento de cómo funciona Internet, para pensar en cómo pueden ser los modelos de negocio que permitan hacer sostenibles los medios de comunicación digitales. En concreto vale la pena conocer las ideas de David Heinemeier Hansson, creador del entorno de desarrollo web de código abierto Ruby o Rails, de la aplicación colaborativa de gestión de proyectos Basecamp y autor del libro Reinicia, que aprovecho para recomendar desde aquí. En su charla de 2008 llamada The Secret To Making Money Online expone de una manera muy simple cómo debe ser el modelo de negocio de los productos digitales, en su caso habla de software, pero lo podríamos aplicar perfectamente al contenido.

Tú has creado una gran aplicación, le pones precio y la gente paga por ello, por lo que tú obtienes un beneficio.

Así de simple. Claro que el reto está en crear una gran aplicación o en este caso crear un gran contenido, que realmente aporte valor a la gente, mucho más que lo que pueda aportarle el contenido gratuito. Pero aquí nos encontramos con el problema de que el contenido no tiene por qué ser más valioso para el lector por ser de pago que por ser gratuito, al menos hasta ahora no lo era, pero si analizamos la situación en su conjunto y pensamos en lo complicado que resulta sostener con publicidad el negocio de los medios de comunicación, llegamos a la conclusión de que para que se pueda seguir dedicando el tiempo necesario para hacer contenido de calidad, será imprescindible contar con un modelo de negocio alternativo al publicitario y todo apunta a que la mejor opción posible es que la gente pague por poder acceder al contenido.

Y tras toda esta reflexión llegamos a la situación concreta de Futurizable y la decisión de aplicar el modelo de negocio de suscripción para darle continuidad a este proyecto. Como sabéis esta newsletter surgió hace un año y decidí ofrecer el contenido de forma gratuita, como se han hecho hasta ahora todos los proyectos basados en la realización de contenido. Durante este año he publicado más de 40 artículos y cada uno de ellos ha conllevado un trabajo de más de 10 horas para su realización. Al ser un trabajo tan ingente muchos de vosotros, los lectores, me habéis preguntado cuál era el modelo de negocio del proyecto o cómo pensaba rentabilizarlo para que realmente me valiese la pena seguir dedicando tanto tiempo a realizar los artículos. Durante un año he preferido no pensar en ello y dejarme llevar por la idea inicial con la que surgió el proyecto, aprender sobre temas nuevos relacionados con la tecnología y la innovación, al tiempo que me servía para posicionar mi marca personal en un tema más amplio dentro de la innovación, más allá de mi especialización anterior en temas de emprendimiento, startups y crowdfunding. En este año ambos objetivos se han cumplido con creces, por un lado tengo la sensación de que he aprendido más en un año que en los 10 anteriores, sobre todo por haber ampliado notablemente el espectro de temas sobre los que estudiar y por otro lado no tardó en producirse la situación que me había ocurrido anteriormente, los organizadores de eventos y las escuelas de negocio, me llamaban para hablar de los temas de los que escribo en Futurizable, en lugar de hablar de Emprender Ligero o Smart Money, que son mis libros anteriores.

Por lo tanto podríamos decir que los objetivos con los que nació Futurizable se han cubierto y entonces debería quedarme tranquilo como estoy, sin querer ir más allá. Si quisiera superarme siempre podría pensar en que 1.600 suscriptores son pocos, por lo que es mejor tener el doble o el triple, o mejorar la tasa de apertura para que pase del 45% al 55%, pero esta forma de crecimiento resulta muy insatisfactoria, porque nunca se acaba, nunca es suficiente si de lo que hablamos es exclusivamente de números. Entonces es cuando despierta mi gen emprendedor y empieza a rondarme en la cabeza la idea de convertir Futurizable en una newsletter de pago, una idea bastante peligrosa si tenemos en cuenta toda la reflexión anterior de este artículo, porque una cosa es lo que a mi como emprendedor me ilusione y otra muy distinta la que mis lectores estén dispuestos a hacer al respecto. Por eso es por lo que he decidido vincular la puesta en marcha del modelo de negocio de suscripción con la realización de una campaña de crowdfunding, porque es una buena forma de validar una idea al involucrar a la comunidad con el proyecto y también porque en ocasiones anteriores me ha dado muy buen resultado. Por ejemplo cuando escribí el libro Emprender Ligero, en la campaña de crowdfunding había una recompensa para un servicio de mentoring online y muchos emprendedores pagaron para que yo les ayudase resolviendo sus dudas a través del correo electrónico. Del mismo modo cuando lanzamos la campaña de Smart Money teníamos dudas de si la gente querría pagar para participar en un evento en el que tener la oportunidad de conocer inversores y la respuesta fue excelente, hasta el punto que ya hemos realizado cuatro eventos de ese tipo.

¿Ocurrirá lo mismo con Futurizable? cuando lanzas una campaña de crowdfunding nunca sabes cuál va a ser el resultado, si la gente realmente se va a querer involucrar en el proyecto, hasta el punto de aportar su dinero para que se haga realidad, o para hacerlo sostenible. Pero mi motivación al lanzar la campaña de crowdfunding de Futurizable es conseguir que los lectores de la newsletter apreciéis el valor que tiene el contenido que aquí se publica y decidáis que vale la pena pagar por ello, aunque sea una cantidad simbólica, pero que demuestre que existe una vinculación más allá del «esfuerzo» de abrir cada domingo por la mañana un correo que puede resultar más o menos interesante, mejor o peor escrito, pero que sin duda ha sido realizado con una gran ilusión por ayudar a mucha gente a entender cómo está cambiando el mundo gracias a la tecnología, cómo esto va a afectar a la economía y las oportunidades que van a surgir para desarrollar nuevos negocios innovadores.

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