Día Mundial del Reciclaje
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Celebrando el Día Mundial del Reciclaje

Seguro que existe algún sesgo cognitivo en la percepción que tenemos las personas sobre la importancia que tienen nuestros actos cotidianos, por ejemplo, el denominado interés compuesto, que explica la relevancia de ir reinvirtiendo los beneficios de una inversión para ampliar considerablemente el rendimiento de esa inversión, si esta resulta rentable, claro. Lo que ocurre es que muchas veces no somos conscientes de que pequeños actos que podemos ir realizando de manera recurrente, pueden llegar a tener un impacto enorme si se van acumulando a lo largo de periodo de tiempo prolongado.

Una manera sencilla de ver este fenómeno, y precisamente hablando del tema de reciclaje al que vamos a dedicar este artículo, es pensar en el tamaño de las bolsas de basura que utilizamos para los plásticos que queremos llevar al contenedor de reciclaje. Si usamos bolsas pequeñas, podemos pensar que no estamos usando mucho plástico, pero si la bolsa es grande, nos daremos cuenta de que en muy poco tiempo está llena y al llevarla al contenedor se nota considerablemente su volumen o incluso su peso.

Tan solo hay que pensar un poco en el tema de los plásticos y en general de los residuos que estamos generando cada día en nuestras casas para ser conscientes de que se trata de algo insostenible y de que es necesario que se produzca un cambio importante en nuestros hábitos y en el modelo de comercio relacionado con los envases, si no queremos que este tema nos lleve a una situación que no podamos mantener. Aunque si nos fijamos en determinadas situaciones relacionadas con este tema puede que estemos ya en esa situación insostenible que nos esté indicando que el momento de actuar es ahora.

Una imagen vale más que mil palabras

Alternativas

Prohibir la venta de bolsas de plástico en las tiendas puede ser una posible solución, sobre todo porque no cabe duda de que puede haber otras opciones más ecológicas o que las personas podamos organizarnos mejor en nuestra forma de consumir y comprar. Pero no tendríamos que llegar a esa situación de prohibir si se hubiese hecho mejor la labor de concienciación que lleva tantos años en marcha pero que realmente no ha dado resultados, porque el modelo de funcionamiento de las empresas en el ámbito de los envases ha ido en la dirección contraria.

Otra situación que hace que resulte complicado encontrar soluciones a esta problemática es el poco éxito que están teniendo las alternativas a los modelos actuales. Aunque sí que existen algunas interesantes, estas tienen que lograr llegar a los usuarios para que opten por esas opciones concienciados con la necesidad de actuar al respecto. Aunque en Futurizable normalmente tendemos a ver la parte positiva de la aportación al progreso que realizan las empresas, en este caso de los envases para los productos de alimentación, la verdad es que no tiene ningún sentido.

En cuanto a alternativas a esta problemática del plástico, vale la pena conocer, por ejemplo, una de las iniciativas de emprendimiento social que busca encontrar soluciones a esta problemática, Algramo, que desde Chile promueve una nueva forma de distribución de productos de limpieza y alimentación basada en envases que pueden usarse muchas veces para el mismo fin. Un proyecto que se financió inicialmente a través de crowdfunding para promover la venta de comida por medio de una especie de máquina dispensadora y que ahora ha conseguido una evolución de su modelo al de los envases de múltiple uso.

Otro ejemplo de este tipo de iniciativas son las tiendas que venden al peso o a granel, que están proliferando en muchas ciudades, pero que tienen muy complicado lograr los cambios de hábitos en los consumidores necesarios para que un modelo de negocio de este tipo tenga éxito. Aunque la tendencia a nivel global destaca por la compra online y la predominancia de las grandes superficies, por otro lado, en muchas ciudades también proliferan muchos pequeños negocios con un enfoque más artesanal. Aquí es donde se puede incidir para ir creando poco a poco esa conciencia ecológica tan necesaria para llegar a modelos más sostenibles que los actuales.

Precisamente en lo que a conciencia ecológica se refiere, es donde más se puede aportar en el corto plazo, a través de las tecnologías digitales, que están ayudando a muchas personas, por ejemplo, a llevar hábitos de vida más saludables, como puede ser a través de la alimentación y el deporte, por lo que podrían en este caso también colaborar a mejorar nuestros hábitos en relación con el reciclaje, siempre que se encuentren los incentivos adecuados para ello.

Un ejemplo de las iniciativas digitales que se pueden llevar a cabo para fomentar la conciencia ecológica lo encontramos en el proyecto ‘Blu’, que ha sido presentado en el marco del Voice Summit Spain, celebrado el 10 de mayo en Madrid y donde se abordaban los desafíos del sector de la voz, los chatbots y marketing conversacional. En este encuentro tuvo lugar el ‘End Plastic Challenge’, promovido por Greenpeace, con el objetivo de diseñar una skill de voz que sirviera para concienciar sobre el uso responsable de plásticos. Esta propuesta, impulsada por el equipo de IA de Sngular, consiste en que el usuario, tanto adulto como niño, hable con la Tierra y esta le proponga distintos retos que, si supera, aumentan la vida del planeta y, si pierden, la disminuye.

¿Y si la Tierra pudiera hablar con nosotros para concienciarnos y ayudarnos a cuidarla?

Esta es la idea sobre la que se apoya Blu, una skill con la que poder dar voz al planeta y aprender a mejorar nuestros hábitos en el uso de plásticos. La interlocutora, la Tierra, irá proponiendo una serie de retos relacionados con el uso responsable de plásticos. Si los superamos, aumenta su esperanza de vida y podremos seguir jugando. Si no, enfermará y morirá. Una apuesta que aprovecha el dinamismo que ofrecen los asistentes de voz y lo aplica de forma sobresaliente a la concienciación en materia de medioambiente.

El Día Mundial del Reciclaje es un buen momento para mejorar

Para celebrar el Día Mundial del Reciclaje lo mejor que se nos ocurre en Futurizable es ayudar con nuestra labor de divulgación a fomentar la conciencia ecológica y, si es posible, también a dar a conocer una serie de iniciativas innovadoras que nos pueden ayudar a mejorar en este tema tan importante para todos.

Compartimos aquí el informe de Ecoembes sobre reciclaje en el año 2018:

En 2018, cada ciudadano depositó 15,7 kg de envases de plástico, latas y briks en el contenedor amarillo (un 12,3% más que en 2017) y 18,1 kg en el contenedor azul (+12,4% más que en 2017). Esto supone el mayor incremento en la aportación desde que se implantó el reciclaje de envases en España, poniendo de manifiesto el compromiso ciudadano y el buen funcionamiento del sistema. Esto ha sido posible gracias a la colaboración de los casi 47 millones de ciudadanos, los 8.131 ayuntamientos y más de 12.400 empresas. Una red de 383.974 contenedores amarillos, 217.170 contenedores azules distribuidos por toda la geografía española (10.000 más que el 2017) y más de 37.800 puntos de reciclaje ubicados en lugares de gran tránsito. Así hemos logrado que el 99 % de los españoles tengan acceso a la recogida selectiva de estos, habiendo un contenedor por cada 162 habitantes.

La verdad es que leer informes como este nos hacen tener esperanzas al respecto de las posibilidades de mejora que podemos llegar a lograr cuando nos decidimos a afrontar un reto como este.

También nos hace tener esperanzas el hecho de que algunos países ya estén logrando importantes éxitos en sus estrategias de reducción de esta problemática, como es el caso de Noruega, que ha anunciado que es capaz de reciclar el 97 % de las botellas de plástico que se utilizan en el país, para posteriormente ser utilizado en producir nuevas botellas. Este éxito se debe en parte a la estrategia de concienciación de los ciudadanos y también a un sistema de incentivos económicos que permite recuperar a los usuarios una parte de los impuestos que se cobran por cada botella de plástico comprada.

La Estrategia Europea sobre Residuos Plásticos también puede suponer un buen impulso para potenciar las estrategias que ayuden a mejorar esta problemática. Así lo explica Frans Timmermans, vicepresidente de la Unión Europea y responsable de desarrollo sostenible:

Si no cambiamos el modo en que producimos y utilizamos los plásticos, en 2050 habrá más plástico que peces en el mar. Tenemos que impedir que los plásticos sigan llegando al agua y a los alimentos, e incluso a nuestro organismo. La única solución a largo plazo pasa por reducir los residuos plásticos incrementando su reciclaje y reutilización. Se trata de un reto al que los ciudadanos, la industria y los gobiernos deben hacer frente conjuntamente. Con la estrategia de la UE sobre los plásticos, también fomentamos un nuevo modelo de negocio más circular. Debemos invertir en tecnologías nuevas e innovadoras que velen por la seguridad de los ciudadanos y del medio ambiente al tiempo que mantienen la competitividad de la industria.

Por otro lado,  Jyrki Katainen, vicepresidente responsable de empleo, crecimiento, inversión y competitividad comenta lo siguiente: «Con nuestra estrategia sobre los plásticos, estamos sentando las bases de una nueva economía del plástico, circular, al tiempo que orientamos la inversión en la misma dirección. Esto nos ayudará a reducir los residuos plásticos en tierra, mar y aire y ofrecerá nuevas oportunidades para la innovación, la competitividad y el empleo. Se trata de una gran oportunidad para que la industria europea desarrolle su papel de líder mundial en nuevas tecnologías y materiales. Los consumidores tienen la capacidad de tomar decisiones conscientes que protejan el medio ambiente. Es una situación de la que realmente todos podemos obtener beneficios».

Lo de la Economía Circular probablemente sea lo más interesante de todo esto, porque claramente no es lo mismo tener una política medioambiental, como hemos tenido hasta ahora, que ser capaces de construir una economía circular, es decir un sistema que sea capaz de ser rentable y sostenible, no hablando exclusivamente de aspectos económicos en el sentido monetario de la palabra sino también en lo que se refiere a cuestiones ambientales y de relación de las personas entre ellas, además de con su entorno.

Por lo tanto, si la tendencia en el ámbito de las empresas y de la industria es evolucionar hacia este tipo de modelos basados en la Economía Circular, muchas cosas buenas pueden empezar a pasar, relacionadas con revertir el gran problema que nos estamos encontrando ahora con la contaminación ocasionada por los plásticos.

A este respecto el plan de la Unión Europa pretende conseguir que el reciclaje sea rentable para las empresas, para lo cual se elaborarán nuevas medidas sobre el envasado para mejorar la reciclabilidad de los plásticos utilizados en el mercado e incrementar la demanda de contenido de plásticos reciclados. Al aumentar la cantidad de plástico recogido, se instalarán plantas de reciclaje más amplias y con mayor capacidad, así como un sistema mejor y estandarizado para la recogida separada y la clasificación de residuos en toda la UE. Con ello, se ahorrarán cerca de cien euros por cada tonelada recogida y se incrementará el valor añadido en aras de una industria del plástico más competitiva y resiliente.

Además el tema de la Economía Circular llega en un momento en el que también existen otras tendencias en el ámbito social, económico y empresarial que ayudarán a potenciarse entre ellas, como es la Sociocracia, a través de la cuale se promueve el desarrollo de empresas que persiguen objetivos más allá de los económicos, como son los relacionados con el bienestar de las personas y el respecto al medioambiente.

Aprovechamos aquí para recordar estos conceptos, aunque seguiremos hablando sobre ellos ya que están muy relacionados con los temas que venimos tratando en Futurizable, vinculados al Observatorio de Talento:

La Sociocracia se refiere a un modo de toma de decisiones y de gobierno, que permite a una organización, cualquiera sea su tamaño, desde una familia a un país, de comportarse como un organismo vivo, y de autoorganizarse y autocorregirse. Su fundamento moderno se basa en las teorías sistémicas. El objetivo más importante es el de desarrollar la coparticipación y coresponsabilidad de los actores, otorgando poder a la inteligencia colectiva al servicio del éxito de la organización. Su promotor es Gerard Endenburg, quien en 1968 tomó la dirección de la empresa familiar Endenburg Elektrotechniek y, conmovido por los conflictos permanentes que ocurrían en el comité de la empresa, decidió posponer el desarrollo económico de esa estructura comercial a efectos de dedicar todos los esfuerzos a mejorar su organización.

Entonces poco a poco vamos teniendo una combinación bastante buena para ser positivos con este proceso de mejora que se ha iniciado para reducir la problemática de la contaminación por plástico, desde las cifras esperanzadoras, pasando por las estrategias políticas y económicas, para ver ahora que también en lo que se refiere al desarrollo tecnológico podemos contar con ayuda.

Innovaciones tecnológicas que nos ayudan a reciclar más y mejor

Terminamos este artículo hablando de inventos que se están desarrollando para luchar contra este gran problema de la contaminación por plásticos, lo cual sirve de ejemplo para demostrar que aún se puede innovar mucho en este ámbito.

Precious Plastic es una comunidad global de personas que trabajan para encontrar una solución a la contaminación producida por los plásticos. A través de ella se comparten conocimiento, herramientas y técnicas enfocadas a la construcción de plantas de reciclaje de plástico en casa. Una iniciativa de lo más interesante que, entre otras cosas, nos enseña cómo convertir en filamentos para impresoras 3D el plástico que usamos en los envases, además de mostrarnos máquinas diseñadas específicamente para ello.

Smart Waste es una plataforma basada en IoT y Big Data para la gestión de la recogida y el reciclaje de residuos con el objetivo de reducir su impacto ambiental y económico. Con el fin de promover la eficiencia y elevar así el porcentaje de envases reciclados, la plataforma está enfocada a la gestión de los procesos de recogida, selección y reciclado de envases. Su objetivo es avanzar en la implantación de un modelo efectivo de ciudad inteligente a partir de una herramienta de recogida de datos capaz de ampliar el conocimiento en torno al impacto de la gestión de residuos.

Recybot es un proyecto impulsado por el Instituto Skolkovo de Ciencia y Tecnología de Moscú y el Instituto Tecnológico de Massachusetts que colaboran para la construcción de robots que desmontea dispositivos electrónicos para reciclarlos. Este sistema robótico inteligente de alta velocidad utiliza la visión artificial y de redes neuronales para ser capaz de despiezar componentes electrónicos en partes reciclables que después se puedan utilizar de nuevo.

RoCycle es un robot especialmente diseñado para las tareas de reciclaje que ha sido creado entre el MIT y la Universidad de Yale para ser capaz de separar entre papel, plástico y metal. El robot consiste en un brazo robótico capaz agarrar los objetos y colocarlos en el cubo que corresponda. Además cuenta con unos dedos con sensores de presión que sirven para agarrar los objetos y también para evaluarlos, ya que permiten conocer el tamaño del residuo y la rigidez del material, lo cual le ayuda a clasificar los objetos.

Dow Chemical es una de las mayores empresas de fabricación de plástico a nivel mundial y desarrolla un proyecto en el que utiliza plástico como material para construir carreteras. Gracias a este proyecto en el que se han construido dos carreteras para uso privado se ha evitado que casi 1.700 kilos de plástico contaminen la naturaleza, lo que equivale a unas 120.000 bolsas de plástico. Además la empresa con el gobierno indonesio para evitar que los residuos plásticos del país lleguen al océano. En ese momento Indonesia era el segundo mayor contribuyente del mundo a la contaminación por plásticos marinos, lo que le llevó a ponerse el objetivo de reducir los desechos en el océano en un 70% para el año 2025.

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