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Niños decididos a acabar con el cáncer

La charla más vista de la historia de TED es una obra maestra realizada por Ken Robinson, que ha sido vista más de 40 millones de veces y en la que explica por qué piensa que las escuelas matan la creatividad. En mi opinión Ken Robinson cuando realizó esta charla en 2006 fue demasiado políticamente correcto, porque también podía haber dicho que las escuelas son máquinas diseñadas para educar personas mediocres. Estoy convencido de que las escuelas son muy necesarias, porque los niños deben dedicar una parte de su tiempo a trabajar, guiados por la figura de un profesor y colaborando con otros niños, pero también pienso que el sistema educativo actual prepara a los niños para vivir en un mundo que ya no existe, un mundo que forma parte del pasado. Esta es la razón por la que existe un gran fracaso escolar y por la que estos jóvenes cuando llegan al mercado laboral se encuentran con una situación de paro que ya resulta endémica. A todo esto hay que sumar el gran deterioro que se está produciendo en el mercado laboral debido a la baja productividad que existe en las empresas, que se han quedado ancladas en el siglo pasado, que no son capaces de afrontar con éxito la transformación digital tan necesaria, sobreviviendo a costa de pagar sueldos inferiores a los que se cobraban hace 30 años.

En el año 1987 el sueldo de un «casi» licenciado en informática (sin la carrera terminada y sin experiencia laboral ) era de 2.500.000 Pts, es decir, 15.025.30 €. Hoy es posible contratar licenciados en informática con la carrera acabada por el mismo salario, o incluso menos. Calculando la inflación desde entonces ese sueldo hoy debería ser 37.832 €, si se hubiera mantenido el valor percibido por el mercado del trabajo hecho por ese casi licenciado en 1987.  Agustín Cuenca, fundador de ASPgems.

La gran diferencia en el mundo de la empresas, entre las que dominaban el mercado hace 30 años y las que lo dominan ahora es que las anteriores estaban basadas en modelos de negocio que crecían de manera lineal. Las empresas que están empezando a dominar los mercados actualmente y que lo van van a hacer aún más el futuro, están basadas en modelos de negocio que escalan de forma exponencial.

Una mente educada para pensar de manera lineal diría, soy Mark Zuckerberg, he creado Facebook y me he convertido en una de las personas más ricas del mundo ¿Para qué seguir trabajando incansablemente en poner en marcha nuevos proyectos? Una mente que piensa de manera exponencial se dedica a desarrollar iniciativas como el proyecto Aquila que consiste en un gigantesco dron solar que permanecerá en la estratosfera durante meses con el objetivo de proporcionar internet de banda ancha hasta áreas rurales y difíciles de alcanzar.

Una mente educada para pensar de manera lineal diría, soy Larry Page, he inventado Google y me he convertido en una de las personas más poderosas del mundo ¿Para qué voy a preocuparme por seguir innovando creando nuevos proyectos? Una mente con capacidad para pensar exponencialmente se pone a trabajar en proyectos como Loon con el que desarrollar una red de globos que viajará al límite del espacio exterior, con el objetivo conectar a las personas que habitan zonas remotas o rurales, para llegar a las zonas con falta de cobertura y para que las personas puedan volver a tener Internet después de una catástrofe.

Una mente educada para pensar de manera lineal diría, soy Elon Musk, estoy revolucionando la industria del automóvil con Tesla y la industria aeroespacial con SpaceX ¿Para qué seguir trabajando en hacer realidad ideas que cambien el mundo? Una mente que piensa exponencialmente lanza al mundo una idea como Hyperloop y lo hace de manera abierta y colaborativa, porque sabe que la mejor forma de conseguir que un proyecto tan ambicioso se haga realidad es involucrando a mucha gente que también está interesada en cambiar el mundo.

Ahora más que nunca necesitamos un cambio en la educación. Es necesario motivar a los niños y a los jóvenes para que piensen exponencialmente. Algunos de ellos están siendo capaces de hacerlo liberándose de las ataduras que suponen los estrictos modelos educativos actuales, pero a los que no son capaces de hacerlo por sí mismos debemos darles la libertad para que desarrollen su creatividad y diseñen el futuro en el que quieren vivir, no el que los adultos hemos pensado para ellos.

A continuación vamos a conocer a un buen número de niños y jóvenes que son capaces de pensar exponencialmente y que gracias a ello no tienen miedo a intentar solucionar los grandes problemas a los que se enfrenta la humanidad. Nuestra misión es ayudar a que estos casos dejen de ser excepciones y que pronto la imaginación de los niños sea la antorcha que ilumine nuestro futuro.

Niños en la vanguardia de la lucha contra el cáncer

Jack Andraka sufrió la pérdida de un ser querido por culpa del cáncer y en lugar de resignarse y aceptar esta desgracia, se puso a trabajar en resolver esta enfermedad que se ha convertido en uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la humanidad. Con 16 años este estudiante estadounidense de secundaria inventó un sensor para detectar el cáncer, por lo cual fue reconocido con el premio Gordon E. Moore por su trabajo desarrollando un nuevo método de detección de cáncer pancreático. Su investigación comenzó cuando descubrió que la razón de la baja tasa de supervivencia a este cáncer se debe principalmente a la falta de detección temprana, ya que el 85% de los cánceres de páncreas se diagnostican cuando a la persona le queda solo un 2% de probabilidad de supervivencia. Comenzó entonces a pensar en varias maneras de detectar y prevenir el crecimiento del cáncer antes de que las células cancerígenas se vuelvan invasivas.  La idea de su test de cáncer pancreático la tuvo cuando estaba en clase de biología en North County High School, mientras el profesor explicaba cómo los anticuerpos se combinan con determinadas proteínas en la sangre, a la vez que leía un artículo de la revista Science sobre los nanotubos de carbono. Tras una formación autodidacta en estos ámbitos, decidió contactar con 200 profesores del Johns Hopkins University y del National Institutes of Health con un plan, un presupuesto y una fecha límite para su proyecto para poder recibir ayuda de laboratorio. El Dr. Anirban Maitra, profesor de Patología y Oncología y de Ingeniería Química y Biomolecular en Johns Hopkins School of Medicine le dio una respuesta positiva y se puso a ayudarle con su proyecto. El resultado fue un test de diagnóstico, tipo varilla graduada, para el cáncer pancreático usando un nuevo sensor similar a las tiras reactivas de diabetes. Este test mide el nivel de mesotelina, un biomarcador del cáncer pancreático, en sangre u orina, para determinar si el paciente tiene cáncer pancreático en etapa temprana. El test tiene una precisión mayor al 90% en la presencia de mesotelina. De acuerdo a Andraka, es también 168 veces más rápido, 26.000 veces menos costoso (costando alrededor de 3 céntimos de dólar), más de 400 veces más sensible que el actual test de diagnóstico y sólo tarda 5 minutos en realizarse. El test también es efectivo para detectar cáncer de ovarios y pulmón, debido al biomarcador de mesotelina que tienen en común.

Akrit Jaswal nació en India en 1993. Cuando tenía 7 años y gracias a su afición por leer libros de medicina, realizó una cirugía a una niña de 8 años, que tras un incendio había sufrido quemaduras que le impedían separar los dedos de su mano y que no podía pagar los servicios de un médico profesional. Con 11 años Akrit comenzó sus estudios en la Universidad de Punjab en Chandigarh para obtener el título en ciencias de la zoología, botánica y química. Su línea de investigación y campo de trabajo principal se basa en la Oncología donde afirma tener multitud de ideas para encontrar la cura del cáncer. Para ello ha creado un concepto llamado terapia génica oral, que se centra en la modificación genética de los genes mutados que causan el cáncer y en su reparación exitosa, ya sea a través de la activación de enzimas o por la modificación directa de drogas genotóxicas. Un equipo de médicos del Imperial College de Londres, expertos en la lucha contra el cáncer, invitó al niño a que los visitara para poder discutir en profundidad sus teorías acerca de dicha enfermedad.

He estado yendo a los hospitales desde que tengo 6 años, por lo que he visto de primera mano las personas que sufren de dolor. Me pongo muy triste, y eso es el motivo principal de mi pasión por la medicina, mi pasión sobre el cáncer. Akrit Jaswal

Adolescentes que trabajan para solucionar los problemas con la energía y el agua

La duración de la batería de los móviles se ha convertido en una gran preocupación para mucha gente que literalmente se encuentra enganchada a su smartphone. Y con modas como  la que hemos vivido de salir a la calle a cazar pokemons, esta situación se va a incrementar significativamente. Muchas empresas trabajan con el objetivo de aumentar la duración de las baterías, pero todo este trabajo no es suficiente aún y por esto hay personas como Eesha Khare que no está dispuesta a quedarse de brazos cruzados y se ha puesto a trabajar para solucionar este problema. Con 18 años esta joven inventora ganó un premio de 50.000 dólares que Intel concede anualmente a los científicos jóvenes más brillantes del mundo en la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería y fue nombrada por la edición de Forbes 30 under 30 en energía. Eesha se ha dedicado a estudiar los nanomateriales para desarrollar un dispositivo para la carga de baterías basado en un supercondensador, que funciona con una alta densidad energética. El sistema es flexible para adaptarse a cualquier terminal, es capaz de cargar la batería en apenas 20 segundos y puede durar hasta 10.000 ciclos de carga-descarga, diez veces más que las baterías tradicionales. Actualmente Eesha estudia Ingeniería Biomédica en Harvard y es Presidente de Women’s Initiative in Leadership del centro de política de la universidad, su pasión es el desarrollo de tecnología para lograr un mundo sostenible. Entre sus investigaciones está el crear una proteína que pueda ayudar a la eliminación de elementos tóxicos en el medio ambiente.

taylor wilson

La fusión nuclear es uno de los ámbitos de la ciencia que más posibilidades ofrece a la hora de contar con fuentes de energía alternativas al petróleo. Para lograrlo se están desarrollando distintas iniciativas públicas de creación de reactores de fusión nuclear como son el JET (Joint European Torus) y el ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor). Paralelamente, importantes empresas tecnológicas e industriales trabajan con este objetivo, como es el caso de la empresa Lockheed Martin que ha desarrollado un nuevo concepto de fusión compacta que combina distintos elementos alternativos de confinamiento magnético, que toman lo mejor de cada uno y permiten una reducción del 90% en el tamaño del reactor. En este ámbito también desarrolla sus investigaciones Taylor Wilson que con 14 años de edad construyó un reactor de fusión funcional en el garaje de su casa, que hoy se exhibe en el departamento de física de la Universidad de Nevada, donde posteriormente se convirtió en el físico nuclear más joven del mundo. En 2011 Wilson ganó el Intel International Science and Engineering Fair con un detector de radiación pensado para la lucha contra el terrorismo, utilizando nuevas técnicas activas y pasivas para detectar amenazas nucleares. El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos y el Departamento de Energía de los Estados Unidos ofrecieron financiación estatal para la investigación que Wilson ha llevado a cabo para construir detectores Cherenkov de radiación a bajo coste. Wilson rechazó dicha oferta debido a asuntos pendientes relativos con la adjudicación de patentes. Los detectores Cherenkov tradicionales suelen costar cientos de miles de dólares, mientras que los detectores inventados por Wilson tienen un coste de algunos cientos de dólares. Este joven científico también trabaja en la construcción de pequeños reactores nucleares de fisión subterráneos autónomos y plantea el uso de armas nucleares retiradas como combustible. Igualmente ha desarrollado un reactor de sal fundida, que según él puede proporcionar alrededor de 50 MW y sólo requeriría de un reabastecimiento cada 30 años. Las investigaciones de Taylor son financiadas por el emprendedor e inversor Peter Thiel, fundador de Paypal y Palantir, que le ha concedido una beca de 100.000 dólares a través de la iniciativa Thiel Fellowship.

¿Cómo sabes cuál va a ser el futuro de la energía? Pues, construí un reactor de fusión cuando tenía 14 años. Comencé con este proyecto cuando tenía 12 años de edad. Empecé con el sueño de crear una estrella en mi garaje, y terminé desarrollando cosas que pueden cambiar el mundo,y creo que otros niños también pueden hacerlo. Taylor Wilson

Param Jaggi trabaja desde los 13 en temas relacionados con energía verde, como en los procesos de preparación de biocombustibles y la creación de un biorreactor de algas usando solamente materiales caseros. Su pasión por la ciencia lo llevó, con tan sólo 15 años, a trabajar en el laboratorio de la Universidad de Texas, en Dallas. En 2008, como parte de un proyecto escolar de ciencias, y mientras aprendía a conducir, Jaggi empezó a trabajar en su  proyecto Algae Mobile que consiste en un dispositivo que utiliza algas para convertir en oxígeno el dióxido de carbono que emite un automóvil. El dispositivo se coloca en el escape del vehículo y gracias a la luz es capaz de transformar los gases a partir de la fotosíntesis que realizan las algas. El producto tan sólo tiene un coste de 30 dólares. Param decidió concentrar todos sus esfuerzos en este invento con la intención de cooperar en la reducción de las emisiones de carbono. Su meta final es que el producto, llamado EcoTube, se comercialice pronto en todo el planeta y que, gracias a ello, la gente adquiera conciencia sobre el impacto que tienen nuestras acciones en el medio ambiente.

Deepika Kurup motivada por la cada vez más acuciante crisis de agua potable que sufre el mundo decidió participar en el concurso Discovery Education 3M Young Scientist Challenge, el cual fue creado para celebrar el centenario del primer vuelo realizado por los hermanos Wright. El certamen reúne a niños de todo Estados Unidos que estudian secundaria y el ganador recibe un premio de 25.0000 dólares. La hipótesis de su proyecto consistía en que el dióxido de titanio y el óxido de zinc, al ser expuestos a la luz solar, serían capaces de eliminar los agentes patógenos más peligrosos que se encuentran en el agua. Tras realizar una serie de pruebas, los resultados que obtuvo demostraron que su teoría era correcta, y el jurado la eligió como ganadora. Entre los beneficios de su descubrimiento están que, al utilizar luz solar no se contamina, y que el proceso es autosustentable; además de que su producción es de muy bajo costo y no se requiere el uso de cloro ni de otros químicos tóxicos. Esta tecnología además puede utilizarse para hacer envases que mantengan la comida limpia, así como pinturas útiles en la purificación del aire. El año siguiente fue invitada a participar en la edición 2013 de la feria de ciencias que organiza la Casa Blanca. Y para 2014, tres años después de iniciar su trabajo, Deepika mejoró aún más su método cuando agregó arena, cemento Portland y nitrato de plata a la mezcla. En tan sólo 15 minutos, este nuevo compuesto mostró 98% de efectividad en su intento por eliminar la mayor cantidad de bacterias en el agua. Gracias a ello se ha hecho merecedora del Stockholm Junior Water Prize.

Chavales que ni estudian ni trabajan pero crean empresas

Con 18 años Jordi Muñoz fue rechazado en dos ocasiones para estudiar Ingeniería Aeronáutica en el Instituto Politécnico Nacional de México. Tras la desesperación de ver cómo no podía cumplir su sueño y tenía que dedicarse a ganarse la vida en todo tipo de trabajos de baja cualificación, descubrió Arduino y la comunidad DIY Drones creada por Chris Anderson. En 2009 se asociaron para crear la startup 3D Robotics que cuenta con más de 200 empleados divididos entre Berkeley, San Diego, y Tijuana y ha logrado 126 millones de dólares de inversión en 5 rondas. La empresa se dedica a fabricar drones y desarrollar un sistema de control para aviones, que es el cerebro que se utiliza en cualquier tipo de aeronave, ya sea helicóptero, multicopter o avión, y que le permite volar de una manera completamente autónoma.

La tecnología había avanzado lo suficiente como para tener acceso a sensores como acelerómetros, giróscopos o GPS. Con la experiencia que ya tenía en programación y electrónica, me di cuenta de que podía hackear mi helicóptero de control remoto. Para ello utilicé los sensores de la consola Nintendo y una placa de arduino para convertir el helicóptero en un drone y hacerlo volar de forma autónoma. Jordi Muñoz

Jessica Mah fundó su primera empresa con 12 años y a los 20 logró un millón de dólares de inversión para su startup inDinero, con el objetivo de ayudar a gestionar las finanzas de pequeños negocios. Tras un año de operaciones la empresa estuvo al borde de la bancarrota debido a los grandes costes que se estaban asumiendo y a que su modelo de negocio no estaba funcionando.  Se dio cuenta de sus más de 30.000 usuarios no estaban dispuestos a pagar por el servicio que les estaba ofreciendo así que decidió realizar un cambio drástico en la empresa. Despidió a seis empleados y se quedó con dos, trasladando la empresa a su apartamento. Fue entonces cuando decidieron dirigirse a las grandes empresas a las que podían comprar miles de dólares por manejar sus finanzas, incluyendo asuntos fiscales. Desde entonces inDinero ha crecido un 2.686 por ciento en los últimos tres años y ahora tiene cuatro oficinas en todo el mundo. Ahora Jessica Mah tiene 25 años de edad y planea continuar con la expansión de su empresa.

Jóvenes que no se resignan y están dispuestos a cambiar el mundo

boyan slat ocean cleanup

Boyan Slat es un estudiante holandés que con 19 años ha inventado una técnica que permitirá eliminar millones de toneladas de plástico que inundan los océanos del planeta. Su objetivo es eliminar la mitad de estos plásticos en los próximos 10 años. The Ocean Cleanup es el proyecto que financia a través de campañas de crowdfunding y con el que quiere limpiar los océanos mediante una serie de barreras flotantes, ancladas al fondo marino, en las que el plástico se acumularía gracias a las corrientes marinas y finalmente se llevaría a tierra para ser reciclado. Tal y como tiene ideado el proyecto costaría 33 veces menos que si se realizase con los métodos convencionales, con los que además se tardarían siglos en hacer el mismo trabajo. Actualmente existen cinco sopas de plástico en el mundo, atrapadas en las cinco corrientes oceánicas: el Pacífico Norte y Sur, el Atlántico Norte y Sur, y el Índico. Se estima que la del Pacífico Norte mide 1.400.000 km2, y expertos de las universidades de Delft y Hawái han calculado que en 2020 habrá 7,25 millones de toneladas de dicho material (hoy 6,4 toneladas) flotando en los océanos. El diseño realizado por Boyan consta de un par de enormes brazos flotantes con forma de V de unos 30 kilómetros de extensión cada uno y que tendrán alrededor de 3 metros de profundidad, atrapando de esta manera el plástico flotante en el agua. Dicha V iría concentrando los plásticos hacia el centro, donde una enorme plataforma cilíndrica serviría como contenedor hasta que un barco viniera a recogerlo, presumiblemente cada 45 días. Según lo planificado, podrían recogerse de una vez hasta 3.000 metros cúbicos de plástico. Pero el proyecto va algo más allá, pues en el caso de los plásticos más voluminosos, que pudieran entorpecer el proceso, una cinta transportadora los llevaría hacia una trituradora, todo ello alimentado por paneles solares.

Todo empezó durante unas vacaciones en Grecia con mis padres. Estaba buceando, y el mar estaba lleno de plástico… ¡Había más bolsas que peces! De regreso a Holanda una idea me obsesionaba. Me di cuenta de que la gente nunca dejaría de tirar plástico a los mares, y que por esta razón la educación y prevención solas no valían. El plástico del mar tenía que poder limpiarse de alguna manera. Boyan Slat

Shiva Nathan es un adolescente que ha construido un brazo robótico que puede ser controlado con la mente, basado en una interfaz cerebro-ordenador. Para construirlo, Nathan contó con la ayuda de la compañía NeuroSky, creadora de un dispositivo portátil para realizar electroencefalogramas del cerebro. Gracias a esta tecnología logró recopilar la actividad eléctrica de su mente en un ordenador o smartphone conectado vía Bluetooth. Inicialmente pensó en diseñar videojuegos controlados con la mente, pero pronto cambió de opinión para dedicarse a fabricar un brazo robótico que se moviera sólo con la actividad del cerebro, con lo cual podría ayudar a miles de personas. El dispositivo desarrollado sólo cuesta 1.000 dólares, un precio muy inferior a los costes actuales de las prótesis robóticas disponibles en el mercado, que pueden llegar a los 40.000 dólares. En 2014 el prototipo creado por Shiva Nathan resultó ganador de un concurso celebrado en el Mobile World Congress en el que ha recibido un premio de 5.000 dólares que ha destinado a mejorar el diseño de su dispositivo y lograr que pueda ser controlado con el movimiento de los ojos.

Kenneth Shinozuka tenía 15 años cuando ganó un premio de 500.000 dólares de la Scientific American Science in Action Award por un novedoso invento para el que se inspiró en su abuelo, que padece Alzheimer. Las personas que sufren esta enfermedad, con frecuencia, se pierden y no son conscientes de sus actos, lo que a veces puede ocasionar consecuencias fatales. El dispositivo que ha diseñado envía alertas a un smartphone cuando una persona con demencia comienza a vagar lejos de su cama. El invento utiliza sensores inalámbricos de reducido tamaño que se ponen en un calcetín y detectan la presión cuando la persona se pone de pie y es entonces cuando se envía una alerta al móvil a través de una aplicación.

Cuando tenía 4 años, mi abuelo y yo recorríamos un parque en Japón y de pronto se perdió. Fue uno de los momentos más aterradores que he vivido. Me preocupaba mucho la seguridad de mi abuelo. Buscaba por doquier una solución, pero no podía encontrarla. Una noche estaba cuidando a mi abuelo y lo vi salir de la cama. Cuando apoyó el pie en el suelo, pensé, ¿por qué no pongo un sensor de presión en su talón? Al pisar el suelo y salir de la cama el sensor de presión podrá detectar el aumento de presión por el peso corporal y luego mandar vía inalámbrica una alerta sonora al móvil del cuidador. Kenneth Shinozuka

Gino Tubaro es un joven inventor que desde los 16 años lleva trabajando en proyectos como el «Sound Cube», un instrumento musical semejante al Theremin pero de menor tamaño y mucho menor costo. Actualmente se dedica a la producción de prótesis ortopédicas impresas en 3D. Hasta el momento ha creado 4 prototipos de prótesis de mano completamente funcionales. Además está diseñando nuevos prototipos de prótesis utilizando un sistema llamado mecanomiografía que él mismo ha inventado. A través de esta tecnología es posible «escuchar» el movimiento de los músculos por medio de un sensor que no toca la piel directamente, lo que le permite estimular un músculo antagonista (opuesto al que se este usando para accionar la prótesis) para que el usuario tenga la sensación de sujetar un objeto. Comparado con los modelos anteriores, este no necesita cirugía en el usuario para que se le coloquen los electrodos a los nervios y su costo es inferior a los 5 dólares. En 2014 Gino co-fundó la fundación Darwin Research, con el fin de experimentar las nuevas tecnologías disruptivas que hoy en día están siendo desarrolladas, como la impresión 3D, realidad virtual, criptomonedas y educación 2.0 entre otras. Gino trabajó liderando el programa nacional «Argentina en 3D», de Jefatura de Gabinetes, Presidencia de la Nación. Dejó la comodidad de trabajar para el Estado por su emprendimiento personal llamado Atomic Lab, donde se dedica a inventar soluciones para las personas que más las necesiten. Hoy en día encara el desarrollo de distintos inventos como un «braille dinámico» que permite a los invidentes leer libros sin digitalizarlos. El dispositivo es capaz de reconocer las letras en un texto impreso y traducirlas al alfabeto braille en tiempo real. El dispositivo consiste en un cubo de ocho centímetros de arista que, usado a modo de dedal, es capaz de leer texto impreso y convertirlo en señales mecánicas correspondientes al lenguaje de los invidentes que les permite leer el texto impreso. El dispositivo emplea el sensor de los ratones ópticos de PC como cámara. Un chip de Arduino procesa la imagen, detectando el número de ángulos presentes en la letra y comparándolo con una imagen patrón. Una vez identificada la grafía, el procesador genera las señales que activarán la matriz de inductores magnéticos que controlan cada uno de los puntos del sistema braille presentes en el dedal. De momento el aparato funciona de forma lenta y requiere un uso muy preciso para evitar saltos de línea y otros errores de interpretación, pero el joven argentino trabaja en mejorar la práctica su uso.

Ser inventor es como ser artista. A mi me gusta hacer lo imposible. Son cosas a las que no hay que tenerle miedo. Seamos los nuevos conquistadores de las nuevas tecnologías. Inventemos el nuevo mundo. Gino Tubaro.

 

 

 

 

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