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DeSci, un paso más hacia la descentralización de la ciencia

Publicado el 16 junio, 2022

Cuando publicamos La razón por la que los medicamentos van a ser libres y ¿Tiene futuro la ciencia abierta? aún no habíamos oido hablar del concepto de DeSci, pero ahora cobra todo el sentido mucho de lo que habíamos pensado anteriormente y una parte importante de la evolución que hemos ido viviendo en los últimos años en el sector científico.

El concepto DeSci hace referencia a la descentralización de la ciencia y se apoya en las ideas de lo que ahora conocemos como Web3, que a su vez se sustenta en tecnologías como la blockchain, los tokens criptográficos y los smart contracts. Siendo su objetivo inicial eliminar los intermediarios de una de las actividades en el ámbito de la ciencia que más problemas ha estado teniendo y menos valor ha estado aportando en los últimos años, las publicaciones científicas.

El problema de la excesiva dependencia de las publicaciones científicas

Las publicaciones científicas, tipo Science, Nature, Phys, Lancet, …, han llegado a tener un poder e influencia tan grande en el ámbito de la ciencia como muchos periódicos tuvieron en su momento en el ámbito social y político, con los problemas de ineficiencia y corrupción que eso conlleva. Y si la aparición de Internet ha reducido considerablemente el poder de los medios de comunicación masiva en los últimos años, lo lógico es pensar que acabará ocurriendo igual con las publicaciones científicas.

Lo malo es, que igual que se puede decir que no existe el político que no sale en los periódicos, tampoco existe el científico al que no le publican las revistas de referencia de su actividad investigadora y por lo tanto se genera una relación de dependencia tan grande que se va a tardar tiempo en solucionar. Pero si en el caso de la prensa ya hemos visto que es posible, porque ya existen personas que tienen más audiencia en su blog o canal de streaming, que la audiencia de muchos de los medios de comunicación, lo mismo podría ocurrir con los científicos que decidan publicar por su cuenta y dejar de depender de las revistas científicas tradicionales.

Al fin y al cabo la ciencia estuvo funcionando durante mucho tiempo sin necesidad de estas revistas, e incluso sin la dependencia de la financiación pública, que es otro de los problemas que vamos a comentar a continuación, porque en las épocas de Newton, Darwin o Fleming, la ciencia también avanzaba gracias a algo tan sencillo como la correspondencia postal y los congresos científicos, algo que perfectamente se puede replicar en la actualidad, potenciándolo enormemente gracias a las tecnologías digitales y prescindiendo de los intermediarios que han dejado de aportar valor con su actividad.

Por ejemplo pensemos en cómo realizaba la actividad un científico del siglo 19, como Charles Darwin, mandando cartas a sus colegas científicos y realizando sus propias publicaciones en el momento en el que sus teorías habían sido suficientemente contrastadas entre pares. Esto ahora gracias a Internet, los blogs, las redes sociales, los podcasts, … puede lograrse de una forma mucho más rápida y contundente, pero implica que el científico vuelva a hacer esa labor de «escribir cartas a sus colegas» en lugar de pasar el tiempo esperando que la revista de turno decida reconocer los méritos de su investigación.

La descentralización de las publicaciones científicas

Ahora cualquier científico que apueste por divulgar su trabajo a través de Internet puede lograr mucha más audiencia que la que tienen las publicaciones científicas, ¿pero cómo se puede replicar los aspectos relacionados con la reputación que aportan estas revistas? ese mérito también hay que ganárselo, pero a medida que las revistas vayan perdiendo ese posicionamiento y que haya más casos de éxito de científicos que se salen de los cauces habituales, la situación acabará cambiando, primero poco a poco y luego de repente.

La descentralización de las publicaciones científicas ya ha comenzado y la historia se parece mucho a lo que ha ocurrido en ocasiones anteriores con sectores como la política o la música. Si los periódicos no quieren publicar todo lo que he descubierto relacionado con la corrupción política, monto Wikileaks. Si las discográficas tienen un control excesivo del sector musical, monto BitTorrent. Si las revistas científicas se han convertido en lobbies que condicionan enormemente el desarrollo de la ciencia, monto Sci Hub.

Así en 2011 la desarrolladora de software y neurocientífica Alexandra Asánovna Elbakián abrió la caja de pandora de la divulgación de la ciencia y ahora ya sabemos cómo es el camino que debemos recorrer para devolver a los científicos el poder sobre su trabajo, desintermediando a las publicaciones científicas y a ser posible también el sistema de financiación público de la ciencia, que también tiene muchos inconvenientes y en el que también existe muchas ineficiencias y corrupción.

Además Alexandra no está sola, desde entonces se ha generado todo un movimiento para promover la ciencia abierta, como es el caso de OSF, una plataforma abierta y gratuita para apoyar la investigación y facilitar la colaboración entre los científicos, que lleva al mundo científico las ideas del movimiento Open Source surgido en el ámbito del desarrollo de software.

El problema de la excesiva dependencia de la financiación pública

Relacionado con el tema anterior, es importante saber que la financiación de la ciencia depende en parte de que los proyectos de investigación logren determinado número de publicaciones en revistas de su sector, del mismo modo que las carreras de los científicos, por ejemplo en el ámbito de la investigación universitaria también tiene una enorme dependencia de esa actividad editorial.

El problema es pensar que debe ser el Estado el que financie la ciencia, porque esto genera una situación terrible cuando acaban siendo los políticos y no el mercado, quienes deciden qué merece ser investigado y qué proyectos científicos vale la pena apoyar. De esta forma cada año se desperdicia muchísimo dinero en investigaciones que no tienen ningún sentido, por el mero hecho de que alguien ha sabido vendérselo mejor al político que toma las decisiones de los fondos públicos, pero por otro lado mucha investigación que sería muy beneficiosa para la sociedad no es capaz de salir del laboratorio porque no cuenta con los contactos o influencias suficientes.

DeSci es el futuro de la ciencia

Cuando dijimos que Descentralizado es mejor no lo aplicamos a un sector de actividad específico, aunque bien podríamos haber hablado de las finanzas y desde luego, como estamos tratando hoy, de la ciencia. Entonces para hablar de Ciencia Descentralizada primero tenemos que hacer referencia a la tecnología que lo hace posible y luego volver a la parte más filosófica del asunto porque al final es lo que marca la diferencia. En cuanto a tecnología hay que decir que ha sido el desarrollo de blockchain, los tokens y los smart contracts lo que ha hecho posible que ahora estemos hablando de la posibilidad de desintermediar a los intermediarios tradicionales de este sector.

Con la blockchain tenemos la base de datos inmutable sobre la que se puede articular todo un modelo de certificación de la titularidad de las investigaciones, con el reto de lograr que la red sobre la que funcione sea descentralizada, algo que pocas redes de blockchain han logrado aún.

Con los tokens se puede montar toda una economía descentralizada que ayude a financiar los proyectos científicos y que permita que cualquier persona se pueda convertir en financiador, mecenas o inversor de estos proyectos, reduciendo de paso la dependencia que tiene la ciencia de la financiación pública.

Con los smart contracts se pueden articular muchas de las interacciones que se producen en el ecosistema de la ciencia, desde cómo se produce, cómo se divulga, cómo se comercializa y cómo se reparten los beneficios entre todos aquellos que han formado parte del proceso.

Y además de todo esto tenemos las DAO, donde confluyen estas tres tecnologías, de forma que se puedan construir organizaciones, que busquen todo tipo de fines en el desarrollo de la ciencia, desde aquellas que funcionan de manera transversal para potenciar determinado tipo de investigaciones, a las que lo hagan de forma específica para la realización de una investigación concreta.

De esta forma las DAO en el futuro se pueden configurar como una alternativa real al problema actual que tienen los científicos que se encuentran con muchísimas dificultades para emprender, por la complejidad que supone su dependencia de los fondos públicos, por el poco tiempo disponible al tener que dedicarle muchísimo tiempo a investigar, o incluso a realizar labores administrativas y de docencia.

Las DAO podrían ser también la forma en la que mucha gente que no son científicos se vuelvan protagonistas en este sector, del mismo modo que ha ocurrido en el ecosistema crypto, donde mucha gente está aportando valor desde su especialidad (tecnología, contenidos, marketing, legal, gestión, diseño, ventas, …). Imagina poder convertirte en socio de una empresa del mundo científico sea cual sea tu actividad profesional.

Y para saber más sobre DeSci puedes seguir la actividad de DeSciWorld y leer la guía realizada por Sarah Hamburgo.

Un número creciente de científicos y emprendedores están aprovechando las herramientas de la cadena de bloques, incluidos los contratos inteligentes y los tokens, en un intento por mejorar la ciencia moderna. En conjunto, su trabajo se conoce como el movimiento científico descentralizado o DeSci. Todavía en su infancia, DeSci se encuentra en la intersección de dos tendencias más amplias: 1) los esfuerzos dentro de la comunidad científica para cambiar la forma en que se financia la investigación y se comparte el conocimiento, y 2) los esfuerzos dentro del movimiento centrado en las criptomonedas para cambiar la propiedad y el valor de intermediarios de la industria.

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La ayuda que los científicos necesitan

Publicado el 31 diciembre, 2020

Cuando se cumple un año del inicio de la epidemia, y posterior pandemia provocada, por el SARS-CoV-2, vivimos un momento de euforia a nivel mundial, por el comienzo de la vacunación masiva contra la COVID-19, lo cual salvará millones de vidas y comenzará a mostrar la luz al final del túnel, de esta trágica enfermedad que ha asolado todo el mundo.

Las predicciones al respecto de la disponibilidad de la vacuna se han adelantado al menos 6 meses, según las estimaciones de la OMS, lo cual demuestra que cuando la ciencia dispone de los medios adecuados, su capacidad de actuación es tremenda. Aunque es cierto que en lo que se refiere al desarrollo de vacunas, contamos con un gran conocimiento y experiencia, no cabe duda de que la capacidad de «fuerza bruta» que se ha demostrado durante este año, con más de 100 proyectos para crear la vacuna, con miles de equipos de científicos involucrados, es una muestra de que cuando se cuenta con los recursos necesarios, los resultados no tardan en llegar.

La pregunta es ¿si contásemos con esos recursos, podríamos hacer lo mismo con otras enfermedades y problemáticas que aún siguen castigando o amenazando a la humanidad?

La realidad actual es que la mayoría de científicos que hemos escuchado manifiestan su preocupación al respecto de la falta de recursos para investigar adecuadamente, las soluciones a problemas relacionados con la salud, el medio ambiente o la energía, por lo tanto, de disponer de esos recursos los avances a la hora de resolver esas problemáticas serían mucho mayores, lo cual resultaría beneficioso para todos.

Otro problema de la escasa financiación, con la que muchas veces cuenta la ciencia, lo encontramos en la falta de vocaciones científicas que se está produciendo y puede producir aún más en el futuro, si siguen existiendo estos problemas de financiación, lo cual hace que muchos jóvenes, que podrían haber querido ser científicos, desistan de ello, por las malas expectativas económicas de esta profesión.

Por lo tanto pensamos que es nuestra obligación trabajar para resolver esta problemática, y en la medida de nuestras posibilidades, ayudar a fomentar que cada vez se invierta más en ciencia o al menos existan más recursos para apoyar a los científicos y que puedan realizar su trabajo con las mejores garantías posibles. Todo esto sin olvidar, por supuesto, que también en el ámbito de la ciencia es sano que exista una competición y que sean los mejores científicos los que puedan tener los mayores beneficios, pero sin olvidar la búsqueda del bien común, como ha ocurrido en la ciencia durante mucho tiempo.

Porque apoyo a la ciencia sí que existe en muchos casos, con proyectos dotados de presupuestos enormes, como puede ser lo relativo a la investigación de las partículas subatómicas, que realizan agencias como el CERN, o la investigación del espacio, que realizan agencias como la NASA y la ESA, o la investigación del cerebro, que realizan agencias como el Human Brain Project. Pero, más allá de todo esto, algunos piensan que la humanidad está necesitando de un nuevo proyecto Apollo, para otro gran salto en lo que a investigación científica se refiere, y que duda cabe que ese proyecto debería ser la lucha contra el cambio climático.

Así que una vez nos hemos convencido de la necesidad de apoyar más el mundo de la ciencia, ya sea fomentando el emprendimiento entre los científicos o invirtiendo en sus proyectos, veamos ahora qué otras opciones tenemos para materializar este apoyo, y también qué iniciativas existen al respecto que puedan servirnos de inspiración.

Divulgación de la ciencia y fomento vocaciones científicas

En los últimos años hemos vivido un fenómeno curioso que pocos podrían haber vaticinado, la aparición de youtubers científicos famosos, como pueden ser Crespo de QuantumFracture y Santaolalla de Date un Vlog, ambos con muchos más de 1M de suscriptores y curiosamente los dos dedicados a física, aunque también hay otros como Aldo de El Robot de Platón dedicados en general a la ciencia. Todos ellos hacen un fantástico trabajo para dar a conocer la ciencia y para demostrar el valor que esta ofrece a la humanidad, lo cual seguro ha servido a más de un joven a «engancharse» a este tema hasta decidir estudiar química, física, matemáticas o biología, para acabar desarrollando una carrera científica.

Otra iniciativa a destacar, en lo que se refiere a divulgación científica, es el trabajo que se realiza a nivel de eventos, aunque aún hay mucho por hacer a este respecto, pero podemos hablar por ejemplo de Naukas, que congrega cada año en Bilbao a miles de apasionados por la ciencia y de Big Van Ciencia que a través de sus espectáculos han demostrado que la ciencia además de útil e interesante también puede ser divertida.

Sin duda, cualquier actividad que se desarrolle para divulgar la ciencia y la actividad de los científicos resultará provechosa en esta estrategia para lograr que cada vez podamos contar con más recursos para la investigación, ya que si la sociedad en su conjunto lo entiende como un tema prioritario, tanto desde el sector público como desde el privado se invertirá más en ello.

Formación de científicos y educación científica

En lo que se refiere a formación sobre ciencia, las Universidades siguen teniendo el monopolio, y lo cierto es que en general han logrado un nivel de excelencia, que al menos en España, permite que tengamos científicos de un alto nivel. Lo malo es que ese nivel no se puede mantener en lo que a oportunidades laborales se refiere, por lo que muchos científicos deciden ir a investigar a otros países donde existen más oportunidades para ellos. Esto no tiene por qué ser malo en sí mismo, si por ejemplo también España pudiese ser receptora de científicos de otros países y así equilibrar un poco mejor la balanza.

Más allá de las Universidades, encontramos pocas iniciativas relacionadas con la formación y educación científica, lo que puede verse como un problema, por la falta de oferta a este respecto, o como una oportunidad para aquellos que quieran dedicarse a trabajar en mejorar esta situación. Lo que sí que hemos visto en los últimos años es surgir muchas iniciativas de educación relacionada con la tecnología, como son las academias de robótica y programación, que podemos encontrar en la mayoría de ciudades del país, pero donde vemos que es un sector muy atomizado, en el que aún no ha surgido un líder claro con capacidad de hacer esta actividad muy popular, como ha ocurrido con la enseñanza de inglés, por ejemplo.

En el ámbito de la formación online tampoco hemos visto que existan muchas iniciativas que puedan ayudar a mejorar esta situación. Del mismo modo que sobre tecnología sí que existen escuelas online de referencia a nivel mundial, como puede ser Platzi, nos faltaría entonces una iniciativa enfocada 100% en ciencia, que permita que cualquier persona de cualquier lugar del mundo pueda formarse en estos temas, ya sea porque no puede ir a la Universidad o porque ya lo ha hecho pero quiere seguir aprendiendo más sobre ello.

Además de la inversión, la divulgación y la formación, se pueden hacer otras muchas cosas para apoyar el desarrollo de la ciencia y continuación vamos a ver tres de ellas: los concursos, las joint ventures y las aceleradoras.

Concursos de startups científicas

Los cursos son una gran oportunidad para que proyectos científicos consigan visibilidad y algunos recursos para continuar su desarrollo. La mayoría de estos concursos han estado enfocados durante muchos años a empresas digitales, pero cada vez más vemos que el foco va girándose para considerar también a las empresas de base científica.

Algunos concursos de startups en los que destaca el apoyo que se realiza a proyectos científicos pueden ser el Premio Emprendedor XXI de La Caixa y los Premios Everis.

Y para aquellos científicos que estén considerando participar con sus proyectos en alguno de estos concurso compartimos a continuación algunas ideas sobre cómo enfocarlo:

Utilidad que ofrecen los concursos de startups para proyectos científicos:

  • Visibilidad mediática y hacia las empresas.
  • Premios en metálico.
  • Networking para encontrar socios o clientes.
  • Formación y mentorización.
  • Acceso internacional.

Lo que debes saber si vas a participar en alguno de estos concursos:

  • Aprovecha las dinámicas que generan para avanzar a la hora de dar a conocer tu proyecto y prepararlo para lograr financiación.
  • Si logras ganar un concurso esto puede ser un impulso a tu reputación por lo que lo debes aprovechar a la hora de llevar el proyecto a un siguiente nivel.
  • Participar en concursos también puede tener riesgos, porque pueden suponer una pérdida de tiempo, que podrías estar dedicando a otras cosas, o porque tienes que compartir mucha información, lo cual puede ser complicado si es confidencial, sobre todo teniendo en cuenta que algunas empresas los aprovechan para obtener ideas.

Por lo tanto está claro que los concursos son una buen a oportunidad para lograr apoyo para los proyectos científicos, pero también tenemos que pensar bien a cuáles nos presentamos y los pros y contras que esto puede suponer.

Otra opción relacionada con los concursos, aunque se produzca con otras dinámicas diferentes, es la participación en retos de innovación, algo que en el ámbito tecnológico está teniendo mucho auge con plataformas como Kaggle y que en lo que a ciencia se refiere podemos encontrar en plataformas de crowdsourcing como InnoCentive.

Joint Ventures entre empresas y startups

A raíz de participación en concursos o de otras iniciativas de crowdsourcing, muchas veces pueden surgir contactos interesantes entre los proyectos científicos y las empresas, que acaben desembocando en el desarrollo conjunto de un negocio. Este tipo de colaboraciones suele denominarse como Joint Ventures y pueden tener importantes beneficios para los científicos que encuentren una empresa que realmente pueda estar interesada en llevar al mercado la tecnología desarrollada en el laboratorio.

Las Joint Ventures pueden ofrecer a los científicos la siguiente utilidad:

  • Acceso a la industria.
  • Acceso a clientes.
  • Acceso a conocimiento.
  • Acceso a financiación.

Lo que debes saber antes de asociarte con una gran empresa:

  • Cuidado con la cultura de la gran empresa, porque muchas veces puede chocar con la forma de trabajar por parte de la startup. Por ejemplo a nivel de burocracia, lo cual puede convertirse en un lastre para el proyecto.
  • Antes de asociarte se puede hacer una prueba como proveedor de la gran empresa, lo cual es una buena forma de conocerse para una futura colaboración más completa.
  • Crear una Joint Venture no implica tener que dejar la empresa o proyecto del científico, lo ideal es encontrar la forma de compaginarlo, para no jugárselo todo a una sola carta.

Mentorización, incubación y aceleración de startups científicas

Las aceleradoras, incubadoras y otros programas de mentorización, formación e impulso de startups científicas, también son una forma muy interesante de impulsar esta actividad. Lo malo es que aún contamos con pocas de estas iniciativas en España. Algunas que sí que vale la pena conocer y destacar son por ejemplo el Barcelona Health Hub, el ecosistema abierto de innovación K·node y The Collider, del que vamos a conocer mucho más en este artículo.

Para aquellos científicos que quieran aprovechar estos recursos, de cara a impulsar sus proyectos, recomendamos tener en cuenta los siguientes aspectos:

Utilidad que ofrecen los programas de aceleración de startups:

  • Formación, mentoring y espacio de trabajo.
  • Visibilidad y networking.
  • Financiación, en muchos casos.
  • Sinergias con la empresa organizadora.
  • Demoday para presentar el proyecto a inversores y a la industria.

Lo que debes saber antes de embarcarte en uno de estos programas:

  • Aprovecha el tiempo disponible poniendo el foco en aquello que más te ayude a avanzar en tu proyecto.
  • Evalúa la inversión en tiempo que tendrás que dedicar.
  • Evalúa el equity de la empresa que tendrás que ofrecer a cambio de la participación.

Como comentábamos The Collider es una de estas iniciativas que ayuda a los científicos a llevar sus innovaciones al mercado y hoy vamos a poder conocerlo mucho mejor, a través de la entrevista que hemos realizado a su director Oscar Sala.

¿Cómo surge la idea de crear The Collider y cómo ha sido su desarrollo hasta ahora?

The Collider es el programa de innovación de Mobile World Capital Barcelona que posibilita la transferencia deep tech entre ciencia y mercado, a fin de dar respuesta a los retos de la industria y de la sociedad. El programa nació hace 4 años con el objetivo de aprovechar una gran oportunidad: nuestra excelente producción científica, entre las 12 mejores a nivel mundial, para generar valor de mercado y ayudar a nuestra industria a ser más competitiva a partir de tecnologías disruptivas nacionales y generando una nueva industria basada en el conocimiento, que deriva en puestos de trabajo de calidad.

La transferencia tecnológica es una de las asignaturas pendientes de España y Europa, ya que no transforman esa excelencia científica en valor, como só lo hacen países como Israel o Estados Unidos. En el caso de Estados Unidos la facturación media de las Spinoffs científicas es de 7 millones de dólares, mientras que en España es de 30.000 euros y en Europa, de 270.000. Esto incide claramente en la economía del país. Sólo hay que mirar la composición del Nasdaq. Google no existiría sin la transferencia tecnológica. Ni conoceríamos el iPhone, que supone la integración de 12 proyectos de ciencia en un mismo producto.

The Collider reduce la brecha entre la ciencia y las necesidades del mercado.

Nuestra actividad se centra en tres áreas. La primera se basa en trabajar en las instituciones para ayudarlas a promover la cultura emprendedora y que la industria entienda la aplicabilidad en su sector. Promoviendo la realización de pruebas de concepto, pretendemos generar un catálogo de proyectos que la industria comprenda y que cuando se busque una solución de Inteligencia Artificial para la salud no sólo se encuentren Startups sino proyectos deep tech listos para transferir. Para ello nos basamos en una metodología de referencia americana Lean LaunchPad, que nos ha permitido capacitar a 170 científicos de 70 instituciones diferentes y valorizar cada año 30 proyectos científicos a través de 200 contactos con la industria.

La segunda área en la que trabajamos es la de acompañar a los proyectos científicos que están listos para llevar al mercado en su proceso de transferencia tecnológica. Para ello tenemos un programa anual de creación de empresas de base tecnológica, donde creamos empresas de los sectores como la salud, movilidad, energía, industria y agroalimentaria. Este programa promueve la convivencia de científicos, entre emprendedores y corporaciones para definir juntos la mejor solución sectorial. Hasta ahora y en sus primeras tres ediciones, The Collider ha ayudado a la creación de 14 startups y generado 63 puestos de trabajo.

La tercera área de actividad del programa es hacer una gestión activa del portfolio de Spinoffs, además de ser el primer inversor, asegurando su creación para realizar los primeros pilotos. Después acompañamos a estas startups en su escalado, conectándolas con todo el ecosistema de innovación e inversión de Mobile World Capital Barcelona, MWC Barcelona y 4YFN.

¿Cuáles veis que son las principales dificultades que tiene un científico a la hora de llevar su tecnología al mercado?

La mayor dificultad reside en la diferencia de idiomas. El mercado busca una solución para resolver un reto concreto y muchas de las investigaciones aún no disponen de un caso de uso claro. Todo ello dificulta disponer de herramientas necesarias para validar un proyecto con el mercado a través de su modelo de negocio. Nuestro valor diferencial es que unimos a los centros de investigación e innovación con el mundo empresarial y emprendedor. Esto deriva en la creación de equipos de trabajo heterogéneos y de alto rendimiento, que posibilitan lanzar al mercado nuevas empresas disruptivas, basadas en tecnologías de vanguardia y con las mayores garantías posibles.

¿Cómo ayudáis desde The Collider a los científicos a superar esas dificultades?

Con la actividad de The Collider promovemos la realización de pruebas de concepto y concluimos su grado de transferilibidad al mercado para poder dar el paso en nuestro programa anual de creación de Spinoffs, donde acompañamos a instituciones de toda España. Nuestro objetivo es que los centros científicos e instituciones de investigación evalúen la viabilidad de la comercialización de nuevas tecnologías a través del contacto con la industria y la creación de nuevas startups. Desde The Collider ayudamos a que estas se enfoquen a las necesidades del mercado en base al análisis previo de los retos de las industrias y a la validación de sus tecnologías con varios expertos.

¿En qué consiste vuestra propuesta para ayudar a las empresas a conectarse con el mundo científico?

Somos conscientes de que cada sector tiene unas necesidades específicas a cubrir por lo que es primordial entender su contexto y situación. Para ello, organizamos una serie de encuentros con empresas, antes presenciales y ahora digitales, para definir los retos más importantes a corto plazo. Una vez tenemos claros los retos, los trasladamos a los científicos con el objetivo de encontrar soluciones tecnológicas que deriven en proyectos que puedan ser validados con el mercado. Cuando se cruzan, los acompañamos en un programa de 12 semanas que tiene como objetivo la definición y realización conjunta de pilotos.

¿Qué papel juegan para vosotros los ecosistemas de innovación a la hora de acercar la ciencia al ámbito de la industria?

Estos ecosistemas son muy importantes porque de ellos surgen las ideas disruptivas. La colaboración es fundamental. Por eso, desde The Collider defendemos la importancia de acercar innovación y ciencia, conectando a todos los actores. Una de nuestras prioridades es empoderar a la comunidad científica a través de espacios de colaboración y conexión de investigadores, instituciones científicas, empresas y emprendedores, como puede ser la Comunidad Científica Emprendedora Catalana. Otro ejemplo de ello es OnCampus, el programa de emprendimiento tecnológico para científicos que pretende que la industria visualice el potencial de investigación de los territorios catalanes, para ser más competitiva y que los investigadores optimicen sus proyectos adecuándolos a las demandas del mercado. En total, se desarrollan 30 proyectos de diferentes instituciones de investigación de toda Catalunya basados en temáticas diversas como la salud, la agricultura, la energía, los servicios esenciales o la gestión de residuos urbanos, entre otras.

¿Podéis contarnos algunos de vuestros casos de éxito ayudando a científicos a lanzar sus empresas?

En The Collider hemos creado startups de sectores transversales como salud, industria 4.0 o utilidades y todos los proyectos incluyen perfiles científicos en sus equipos. Cada año seleccionamos los 15 mejores proyectos de los 200 proyectos de toda España que recibimos y creamos entre 3 y 5 Spinoffs. Hemos creado soluciones que podrían reducir el 40% de los costes energéticos de la industria como es el caso de la startup The Predictive Company. También hemos creado soluciones de diagnóstico y tratamiento por imagen para tratar los desórdenes neurocognitivos como TDA, autismo, dislexia o síndrome de alcohólico fetal que pueden tener impacto en las vidas del 19% de niños del mundo.

Propiciamos que los científicos tengan un rol clave dentro de la startup, además como socios de referencia, también como científicos jefe (CSO) responsabilizándose así de la evolución a futuro del I&D y promoviendo que se conviertan en emprendedores. Un ejemplo de ello es Marçal Rossinyol, científico del Centro de Visión por Computador, es el CTO y cofundador de AllRead, una startup que ha diseñado un software basado en Inteligencia Artificial y visión por computador capaz de detectar y leer en tiempo real tanto textos como códigos y símbolos a partir de cualquier imagen. Tras un año de vida la empresa ya está presente en tres continentes, digitalizando procesos logísticos, algunos de zonas portuarias. Recientemente ha obtenido diferentes reconocimientos internacionales, entre los que destaca el de BStartup y SeedRocket a mejor startup del 2019.

Otro buen ejemplo es el del Doctor José Manuel Soria, director de la Unidad de Investigación Genómica de Enfermedades Complejas del Instituto de Investigación de Sant Pau, y actual CSO de Exheus, una startup que pretende revolucionar el mundo del deporte a partir del uso de la Inteligencia Artificial y el análisis genético del ARN. Su propuesta es la de crear un informe genético pionero que permite analizar la expresión de los 22.000 genes del cuerpo humano para optimizar el rendimiento y mejorar la salud.

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Sobre la financiación privada de la ciencia

Publicado el 17 diciembre, 2020

Recientemente hemos conocido la compra de Slack por parte de Salesforce, con una valoración de 27.700 millones de dólares, una cantidad que para muchos ha resultado desorbitada, pero que seguramente solo el comprador tiene derecho a justificar. En todo caso, como este tema de la valoración de negocios se basa mucho en comparativas, podemos echar la vista atrás para fijarnos en la compra de Whatsapp por parte de Facebook por 21.8000 millones de dólares o irnos al Nasdaq para ver la valoración de una empresa como Zoom cuyos accionistas valoran en 113.819 millones de dólares

La realidad es que en la última década los negocios de software realmente se han comido el mundo y lo que a finales de los años 90 se denominaba como nueva economía, es ahora una economía muy real, una Economía Digital, en la que más allá de lo desorbitado de sus valoraciones existen unas empresas digitales que son usadas por la mayoría de la población mundial y por las empresas, para comunicarse, informarse, entretenerse, comprar, hacer negocios, …

Ahora bien, quizás deberíamos pensar en cómo de sostenible resultan estos modelos de negocio hacia el futuro. No cabe duda de que en una sociedad «hedonista», como en la que vivimos en la mayoría de países occidentales, en general le damos más valor a consumismo, del que Amazon es un gran beneficiario, o al sedentarismo, del que se benefician empresas como Netflix. Lo curioso es que muchos de los creadores de estas plataformas digitales, que se aprovechan del «hedonismo» como principal filosofía de vida de la sociedad moderna, se han pasado al lado contrario, en lo que a filosofía de vida se refiere, poniendo de moda en Silicon Valley el «estoicismo», del cual comienza a haber incluso gurús, como Tim Ferriss y Naval Ravikant, que han sido además Business Angels de algunas de estas empresas digitales de las que estamos hablando.

Pero hoy no vamos a hablar de filosofía sino de ciencia, y esto que acabamos de contar, solo quería servir como introducción para destacar un concepto llamado paradoja de la prevención, que puede explicar la razón por la que los negocios de la economía digital sean más valorados y resulten prioritarios en lo que se refiere a inversión y financiación, frente a otros negocios de la economía del conocimiento, como los que se basan en la ciencia.

La paradoja de la prevención vendría a explicar de esta forma por qué a una persona le «duele» menos pagar 8 euros al mes por el acceso a Netflix, que lo que le «dolería» tener que pagar por cualquier tratamiento, producto o servicio relacionado con la prevención de enfermedades o mejora de su salud. Lo cierto es que muchas veces damos por hecho que determinados beneficios que podemos obtener, por ejemplo en relación con la salud, nos los hemos ganado por el mero hecho de pagar impuestos, pero lo que ocurre en realidad con esta actitud es que la ciencia no recibe los apoyos financieros que se merece porque nosotros no lo valoramos suficientemente.

O dicho de otra forma, si los inversores se fijan más en los negocios de la economía digital es porque los usuarios los valoramos más que los basados en la economía del conocimiento y lo malo de esto es que mucha de la ciencia que podría convertirse en innovación, para mejorar nuestras vidas, no llega a hacerlo por falta de recursos. Al final se trata de una cuestión de actitud, y queda fatal parecer derrotista, pero si hemos llegado a problemas actuales como el del cambio climático, es en parte, por la tendencia que tenemos al mínimo esfuerzo, aunque esto a largo plazo tenga graves consecuencias.

Sin embargo hay mucha gente que no se deja llevar por esta actitud y realmente valora lo que puede reportarnos un beneficio global en el largo plazo, frente a una satisfacción puntual en el corto plazo. Y entre esa gente se encuentran los científicos, que más allá de su vocación, están armados con la suficiente dosis de perseverancia para entender que los frutos de su trabajo pueden tardar muchos años en llegar, pero que cuando lo hacen también pueden estar ayudando a mejorar el mundo.

Algunos inversores también tienen ese forma de ver la vida, pero lo malo es que son los menos. Aunque desde luego no queremos criticar aquí a los que financian todo tipo de proyectos que nos hacen la vida más fácil, agradable, productiva, … debemos pensar también en todos los proyectos científicos que se quedan sin financiar porque requieren de más tiempo y de enfrentar otro tipo de dificultades para salir adelante.

Y entre las excepciones de inversores que sí que están dispuestos a apostar por la ciencia, encontramos por ejemplo a algunos Business Angel como José Luis Vallejo, que tiene entre sus participadas a las empresas de ciencia HealthyTech, NIMGenetics, MedimSight y Enzymlogic, y Pedro Antón, que también es inversor en Enzymlogic, y al que hemos pedido un testimonio al respecto de por qué ha decidido invertir en una empresa del ámbito científico:

Conocimos a las fundadoras en el foro del IESE y al grupo de inversores del que formo parte nos pareció una oportunidad muy atractiva. No habíamos invertido en Biotech, y de hecho no estamos enfocados en ningún sector o modelo de negocio, pero Patricia y Ana nos parecieron unas excelentes científicas, absolutamente comprometidas con el proyecto, con visión de largo plazo y empleo modesto de recursos. Nos encantó el servicio, del que éramos capaces de entender su funcionamiento y su utilidad para las compañías farmacéuticas: seleccionar moléculas en las etapas iniciales del funnel de investigación a bajo coste, y nos decidimos a invertir. En dos años han más que quintuplicado los ingresos y clientes, y su producto es muy citado en el sector.

El ejemplo de Pedro Antón es bastante representativo, ya que si nos fijamos en su porfolio de startups participadas, veremos que casi todas se dedican a temas digitales, pero la entrada en Enzymlogic es un buen síntoma para que cada vez haya más Business Angel que decidan diversificar a través de esta tipo de startups.

Además de estos Business Angel, entre las excepciones de inversores interesados por financiar la ciencia encontramos fondos de Seed Capital como CRB Inverbío, con un buen número de participadas, sobre todo dedicadas Biotech y Digital Health. Luego encontramos unos cuantos pequeños fondos de inversión que tienen entre sus participadas startups de Digital Health, que parecen son más «entendibles» por los inversores con experiencia participando en negocios digitales. Pero también encontramos excepciones por ejemplo con Ship2B que se dedica a la inversión de impacto y tiene entre sus participadas a startups como Cebiotex y Nostoc, de las cuales vamos a hablar más adelante.

En todo caso la pena es que estemos hablando de excepciones, tanto en lo relativo a Seed Capital como también en Venture Capital, donde por ejemplo tenemos a Bullnet con algunas startups participadas que han nacido como spin-off de diferentes universidades y centros de investigación, como son Oncovision y Multiwave.

Por lo tanto, y como conclusión hasta este momento, vemos que las opciones tradicionales de financiación privada de la ciencia no son muy amplias en España, donde la mayoría de los científicos pueden investigar gracias a contar con un trabajo como profesores de universidad, lo cual no es lo ideal en muchos casos, especialmente cuando se puede tener vocación científica pero no docente. En todo caso, es encomiable la labor que realizan muchos científicos a los que hay que reconocer el mérito seguir luchando cada día para sacar sus proyectos adelante, pese a la escasa de financiación pública disponible.

Lo que ocurre es que la otra gran alternativa a depender de la financiación pública para investigar supone emprender y tampoco para esto todos los científicos pueden estar preparados o tener esa vocación. Este problema se puede resolver en parte con la formación y mentorización, como la que se realiza a través del programa The Collider, donde los científicos puedan despejar muchas de las dudas que puedan tener a la hora de crear sus propias empresas para llevar al mercado las tecnologías que han desarrollado.

Destacar los casos de éxito puede ser otra buena forma de ayudar a que cada vez más científicos emprendan, cuando puedan ver que realmente existen opciones a la hora de financiar sus investigaciones desde el ámbito privado y aquí es donde entra en juego el Crowdfunding y algunas otras formas de financiación más allá de las mencionadas de los Business Angel, Seed Capital y Venture Vapital.

Antes de adentrarnos en el tema del crowdfunding, cuando decimos que existen otras fuentes de financiación, nos referimos por ejemplo la financiación pública para llevar las investigaciones al mercado, que es muy diferente a la que corresponde con la financiación de los laboratorios, centros de investigación, … que sigue otras vías y que no tiene por qué acabar siempre en la situación de que esa ciencia llegue al mercado. A este respecto de la financiación pública para startups científicas podemos hablar por ejemplo del CDTI para España o el EIT para Europa.

Cómo aprovechar el Crowdfunding para financiar proyectos científicos

El crowdfunding es el gran desconocido en cuanto a financiación de proyectos en general, pero sin embargo ofrece una gran utilidad y ventajas, también para los proyectos científicos, que tienen aún poco recorrido al respecto, pero donde empezamos a contar con algunos casos de éxito bastante ilusionantes.

Como seguro que sabes, las campañas de crowdfunding se suelen realizar en plataformas diseñadas específicamente para tal fin y que ofrecen ventajas importantes para los creadores, en los aspectos relativos a la gestión de las campañas. Pero además en el caso del crowdfunding de inversión está la gran ventaja de que estas plataformas cuentan con su propia red de inversores, a los que les presentan proyectos, algo que no suele ocurrir en el crowdfunding de preventa, donde es el creador de la campaña el que tiene que atraer a sus propios mecenas.

Por lo tanto, aunque en este caso el científico también debe hacer el trabajo de buscar inversores, al menos para tener lo que se denomina Lead Investor, en la mayoría de los casos las plataformas pueden aportar el grueso de los inversores, ya que precisamente si forman parte de esas plataformas es porque están interesados en acceder a proyectos en los que poder invertir.

Veamos a continuación cuáles son esas plataformas y algunos de sus casos de éxito:

  1. Capitalcell es la plataforma de crowdfunding de financiación de proyectos científicos con un mayor recorrido. En ella se han financiado hasta el momento 45 empresas de ciencia, con una recaudación total de 29 millones de euros. En la plataforma ahora hay tres campañas en fase de recaudación de fondos y una de ellas precisamente es Cebiotex que desarrolla una biomembrana biocompatible y biodegradable para la administración local de fármacos, de la cual hemos hablado anteriormente en este artículo.
  2. Crowdcube es una de las plataformas de crowdfunding de inversión más exitosas en Europa y ha financiado hasta el momento un buen número de startups españolas, sobre todo digitales, pero también podemos encontrar casos de proyectos científicos como es Regemat 3D que ha logrado recaudar 379.050 libras por parte de 575 inversores. La empresa se dedica al desarrollo dispositivos de biofabricación para crear tejidos y órganos, con el objetivo de ayudar a acelerar las investigaciones en los laboratorios.
  3. The Crowd Angel tiene la peculiaridad de haber sido promovida por un fondo de inversión en startups, además de los que más éxito han tenido en los últimos años participando en startups tecnológicas. Se trata de Inveready, que decidió crear la plataforma para dar entrada a muchos pequeños inversores que querían invertir con ellos. Amadix es una de las empresas científicas que han sido financiadas a través de esta plataforma, logrando más de 1,2 millones de euros por parte de 243 inversores, que participaron en la ronda a valoración 13,7 millones de euros.
  4. Fellowfunders es otra de las plataformas de equity crowdfunding con más actividad y en ella podemos encontrar empresas de base tecnológica y científica como es Laminar Pharma, una compañía Biotech dedicada al diseño racional de fármacos, basados en una plataforma tecnológica pionera de biología molecular denominada terapia de membrana lipídica, que ha captado 1,5 millones euros en una de las campañas de crowdfunding más relevantes realizadas hasta el momento tanto en esta plataforma como en España en general.
  5. La Bolsa Social es una plataforma de crowdfunding de inversión que está especializada en proyectos que tienen un impacto social, por eso uno de los primeros casos de éxito de la plataforma ha sido la empresa Nostoc Biotech que logró 250.000 euros para desarrollar soluciones naturales de fertilización y protección de cultivos, basadas en microorganismos vivos, lo cual tiene importantes ventajas para el medio ambiente frente a los fertilizantes y fitosanitarios tradicionales.
  6. Socios Inversores es una de las primeras plataformas de equity crowdfunding nacidas en España y que tiene más variedad en cuanto a tipo de proyectos que se han financiado en ella. En lo que a ciencia se refiere podemos fijarnos por ejemplo en la campaña de Vytrus Biotech que captó 1.169.500 euros para financiar su tecnología de cultivo de células madre vegetales, para el desarrollo, la producción y la comercialización de ingredientes activos de alto valor añadido en los mercados cosmético y sanitario.

Y para finalizar con este artículo en el que queremos destacar la oportunidad que supone para los científicos recurrir al crowdfunding de cara a financiar sus proyectos, para que estos puedan llegar de la mejor forma al mercado, veamos algunos recomendaciones a tener en cuenta para realizar una campaña con éxito.

  1. Evalúa las diferentes plataformas existentes. Ya hemos visto la mayoría de ellas y cada una puede ofrecernos ventajas determinadas, aunque la diferencia puede ser mínima, pero sí que vale la pena hablar con varias para ver qué receptividad tienen hacia tu proyecto y de qué forma te pueden ayudar. A este respecto tenemos que considerar que la plataforma puede limitarse exclusivamente a publicar el proyecto o puede hacer muchísimo más a la hora de asesorar en la creación de la campaña, darle una mayor visibilidad al proyecto en la plataforma, ayudar a resolver las dudas que puedan tener tanto el creador como los inversores, organizar presentaciones del proyecto a los inversores, incluso ayudar al emprendedor a lograr visibilidad a nivel externo, por ejemplo realizando una nota de prensa para enviar a medios de comunicación especializados o masivos.
  2. Estudia los casos de éxito. Analizar los proyectos que han tenido éxito realizando campañas de crowdfunding de inversión es una gran oportunidad para aprender de cara a diseñar una buena campaña por nuestra parte. A este respecto podemos fijarnos en el tipo de información que comparten, en cómo lo comunican, en la forma de trasladar la oportunidad que supone la inversión y sobre todo en cómo se expone la parte económica de la operación. Realizar la valoración de una empresa en sus fases iniciales es muy difícil ya que contamos con muy pocos datos de cara a realizar ese cálculo y por lo tanto ver las valoraciones de otros proyectos científicos puede ser interesante de cara a entender cómo han realizado el razonamiento al respecto del dinero que necesitan, el % de la empresa que van a dar a cambio a los inversores y correspondientemente, cuánto vale la empresa. Sobre este punto profundizaremos un poco más adelante.
  3. Tienes que hacer un plan de negocio. Aunque se trata de un trabajo tedioso, realmente vale la pena pensar algunas de las cosas que suelen aparecen en el plan de negocio. Y no estamos hablando de redactar un documento de 200 páginas, donde la mayoría del contenido ha sido inventado, porque realmente no podemos saber qué va a ocurrir con el negocio. Pero sí que es recomendable realizar algunas reflexiones y tomar algunas decisiones al respecto de cómo queremos enfocar aspectos como el equipo, el producto, el mercado, el marketing, las ventas, la financiación, …
  4. Necesitas hacer un estudio de mercado. Aquí al igual que en el punto anterior, no se trata de hacer un trabajo teórico y tradicional, como el que haría una consultora, sino entender realmente el contexto en el que se va a desenvolver nuestro proyecto, ya que es algo que seguramente van a querer saber los inversores y que nos puede resultar muy valioso, por ejemplo de cara a realizar una valoración de la empresa, si recurrimos de hacerlo por comparables con otros proyectos similares. Conocer bien el mercado en el que nos desenvolvemos también nos ayudará a generar confianza entre nuestros los inversores, clientes y proveedores, porque se trata de un indicativo del interés del emprendedor por controlar los principales aspectos que se relacionan con su negocio y no solo como podría ocurrir en este caso de conocer muy bien la técnica desarrollada pero no tener ni idea de cómo esta se puede desarrollar en el mercado.
  5. Tienes que calcular cuánto dinero necesitas. En toda campaña de crowdfunding, al igual que en toda ronda de inversión, hay una cifra de partida a partir de la cual se articulan otras y que puede condicionar mucho el éxito de la campaña. Se trata de tomar la decisión de cuánto dinero necesitas para llevar el proyecto a un siguiente nivel y para lo cual es por lo que realizas el crowdfunding, para financiar esa etapa de crecimiento. Porque toda ronda de financiación debería estar asociada con un plan y ese plan va a requerir de un presupuesto. Lo que ocurre es que esta cifra condiciona mucho todo lo demás, desde la valoración de la empresa, como vamos a ver a continuación, al tipo de inversores que pueden participar e incluso el éxito de la campaña, ya que si por ejemplo es muy elevada, supondrá un limitante al tener que llegar a más inversores o con más capital.
  6. Calcula cuánto vale tu empresa. Este es un gran problema al que se tienen que enfrentar todos los emprendedores cuando realizan una ronda de inversión y en el caso de las campañas de crowdfunding además debe ser una cifra que se conoce públicamente, por lo que está expuesta a muchas interpretaciones. El problema es que cuando se suelen realizar las rondas de inversión y las campañas de equity crowdfunding, apenas tenemos datos de negocio que permitan poder hacer una valoración extrapolando a futuro los resultados actuales, por lo tanto la manera plantearlo debe ser inicialmente en cuanto a necesidad de financiación y no tanto en cuanto a expectativa de rentabilidad. Por ejemplo si hemos calculado que necesitamos 100.000 euros, entonces ya sabemos que al menos la valoración de la empresa debe ser el doble si el emprendedor quiere conservar el 50% de las acciones de la empresa. A partir de ahí la valoración puede subir todo lo que queramos, pero con mucho cuidado de no pasarnos porque a mayor valoración más complicado será que el plan de negocio cumpla con las expectativas de rentabilidad que espera obtener el inversor.
  7. Explícalo de manera sencilla. Quizás una de las razones por las que los inversores no participan en startups basadas en investigaciones científicas está en entender el potencial de la tecnología desarrollada, por la complejidad que esto pueda tener, por lo tanto el reto del científico emprendedor está en hacer esto asequible para que los inversores puedan ver el potencial que supone, sin tener que entender perfectamente la base científica del proyecto. Lo bueno a este respecto es que cada vez tenemos más herramientas a nuestro alcance para poder explicar visualmente los aspectos principales de nuestro proyecto, como puede ser a través de infografías, mapas mentales, vídeos explicativos, … A este respecto también será muy importante la labor de divulgación que la empresa pueda realizar antes y durante la campaña, ya sea en un blog, redes sociales, concediendo entrevistas, … ya que todo ese contenido que se vaya generando ayudará a generar la tan necesaria confianza en el proyecto.
  8. Responde todas las dudas de los inversores. En una campaña de crowdfunding es muy importante mantener el pulso durante todo el tiempo que dure la captación de fondos, ya que normalmente los emprendedores ponen mucha energía en la etapa inicial pero se olvidan de mantener el interés durante la campaña, en la que aún se pueden hacer muchas cosas. Por ejemplo responder a las dudas de los inversores, lo cual resultará una forma muy buena de acercarse a ellos y de aprender para ir mejorando en base a las inquietudes que se puedan ir manifestando, al respecto de la información publicada en la campaña.
  9. Consigue Smart Money. El concepto Smart Money significa que el dinero puede aportar más valor que el puramente financiero, ya que puede venir acompañado de conocimiento, consejos, oportunidades, reputación, … Cuando un Business Angel invierte en una startup, muchas veces además de su dinero puede aportar esa parte de Smart, ya que se puede involucrar un poco en la empresa para ayudarle en diferentes aspectos, por ejemplo a nivel de consejo, generación de oportunidades o atrayendo otros inversores en próximas rondas de inversión. En el caso de crowdfunding de inversión esto también es posible, ya que podemos aprovechar para construir una comunidad de inversores, que pueden llegar a ser cientos o incluso miles, que se vuelquen en ayudarnos a lanzar con éxito nuestro proyecto. Pero para ello tenemos que hacer una labor proactiva de construcción de esa comunidad. La mejor forma de hacerlo es informándoles muy bien y contara con ellos para participar en diferentes iniciativas que se puedan ir organizando en la empresa a lo largo del tiempo.

Como hemos visto, el crowdfunding es una buena oportunidad para la financiación de proyectos científicos, así que vale la pena conocerlo y tenerlo en consideración por parte de aquellos científicos e inversores que quieran cambiar el modelo actual hacia uno futuro donde la economía del conocimiento tenga una mayor relevancia en nuestra sociedad.

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Los científicos no se rinden

Publicado el 26 noviembre, 2020

Ahora que las noticias sobre el desarrollo de la vacuna contra el Coronavirus tiene todo el interés de la opinión pública, es cuando más se nota que antes la ciencia estaba en un segundo plano, lo cual es muy negativo de cara a que pueda lograr los apoyos suficientes para su desarrollo. Sobre esta situación estamos aprendiendo mucho a través de las entrevistas y los Think Tanks que estamos realizando en el marco de la iniciativa Knode, con el que se busca crear un ecosistema que facilite el desarrollo conjunto de proyectos entre los científicos y las empresas.

Para los que hacemos Futurizable la colaboración en este proyecto está resultando muy interesante ya que nos está permitiendo conocer mucho mejor la problemática que viven los científicos a la hora de convertir las tecnologías que desarrollan en productos innovadores que lleguen al mercado. De alguna forma podríamos comparar estos científicos con muchos emprendedores y muchos inventores con ideas que no son capaces de convertir en realidad por falta de financiación, pero con el agravante de que en el caso de los científicos muchas de sus investigaciones están basadas en problemas reales que tienen las personas, por ejemplo a nivel de salud y el hecho de que no puedan desarrollarse implica que mucha gente seguirá sufriendo enfermedades que podrían curarse si estos científicos contasen con los apoyos suficientes.

Uno de los problemas que hemos observado cuando hemos hablado con los científicos es que existe una separación muy importante entre el trabajo que realizan a nivel académico en la Universidad o técnico en los Hospitales, respecto al futuro desarrollo de la ciencia en la que trabajan. De esta forma se piensa que al estar recibiendo una remuneración por su trabajo como profesores o como médicos, esto lleva implícito que se dediquen también a la investigación, lo cual está bien en sí mismo, ya que es una buena forma de financiar el desarrollo de la ciencia básica, pero tiene el problema de que el sistema no está preparado para dar continuidad a esa ciencia para convertirla en productos que puedan llegar a la sociedad.

Es cierto que siempre hay excepciones y muchos científicos se dedican exclusivamente al desarrollo de la ciencia porque trabajan en centros de investigación que sí que tienen creado todo el mecanismo necesario para llevar sus investigaciones al mercado. También por otro lado algunos científicos pueden trabajar directamente en empresas que tienen departamentos de I+D+i, lo cual sin duda sería lo ideal para potenciar mucho más la innovación científica y tecnológica. Pero un número importante de científicos sigue atrapados en esa especie de limbo en el que para que su investigación se pueda convertir en productos reales que ayuden a la gente tienen que realizar un esfuerzo extra que no será recompensado adecuadamente.

También es cierto que estos científicos cuentan con algunas ayudas para llevar al mercado sus productos, como es el caso de las Oficinas de Transferencia de los Resultados de Investigación (OTRI) de las Universidades, en las cuales trabajan profesionales especializados en ayudar a conectar a los científicos con las empresas y que desarrollan actividades para que existan puntos de encuentro entre el ámbito científico y el empresarial.

Por otro lado existen subvenciones específicas del Gobierno para fomentar la colaboración entre los científicos y las empresas, como es el caso del Doctorado Industrial en forma de unas ayudas de una duración máxima de cuatro años que tienen como objetivo la formación de doctores en empresas mediante la cofinanciación de los contratos laborales del personal investigador en formación que participen en un proyecto de investigación industrial o de desarrollo experimental que se desarrolle en la empresa, en el que se enmarcará su tesis doctoral, a fin de favorecer la inserción laboral de investigadores en las empresas desde los inicios de sus carreras profesionales, contribuir a la empleabilidad de estos investigadores y promover la incorporación de talento en el tejido productivo para elevar la competitividad del mismo.

Pero en todo caso lo que los científicos nos transmiten es que el modelo actual de la financiación de la ciencia en España carece de los incentivos necesarios para que valga la pena hacer el esfuerzo de convertir la investigación básica en productos reales, ya que el proceso es excesivamente largo, tedioso y con apenas ayudas más allá de lo que acabamos de mencionar. Porque podemos pensar que la mejor opción sería el desarrollo de una patente que luego vender a una gran empresa o la creación de una Spin-Off por parte del científico para llevar la investigación al mercado, pero esto tiene muchos problemas, como que la mayoría de científicos no se sienten emprendedores ni cuentan con los conocimientos necesarios para hacerlo y la falta de fondos de inversión especializados en ciencia que puedan acompañar a los científicos emprendedores en ese proceso.

De esta forma desde Futurizable pensamos que toda ayuda que se pueda prestar para fomentar que cada vez más científicos puedan convertir su ciencia en productos, será bienvenida, por nuestra parte podemos aportar a nivel de divulgación y colaborando con iniciativas como Knode, pero también pensamos que es necesario que cada vez más gente se plantee trabajar a este respecto, por ejemplo los emprendedores que andan en busca de ideas que emprender podrían asociarse con científicos para ayudarles con todo lo relativo a desarrollo de negocio y la financiación, o los fondos de inversión que ahora están muy centrados en el ámbito digital y que pueden encontrar en la ciencia un buen espacio para diversificar.

Y mientras va llegando toda esta ayuda al ámbito de la ciencia, nosotros seguiremos compartiendo por aquí el conocimiento que vamos adquiriendo y la información que puede resultar valiosa para dar a conocer el trabajo que realizan los científicos, para ver si de esta forma pueden lograr más apoyos para su trabajo.

territorio biosalud knode

Así compartimos hoy aquí el trabajo de tres científicos de la Universidad Autónoma de Madrid que trabajan en el ámbito de la Biosalud y que vale la pena conocer:

  • La Dra. Marta Ruiz Ortega, Profesora Titular de Medicina de la Facultad de Medicina de la UAM dirige el grupo UAM-INMUREN (Mecanismos celulares en enfermedades renales e hipertensión) del laboratorio de Patología Renal y Vascular del Hospital Fundación Jiménez Díaz, nos presenta su kit de diagnóstico que permite la detección de la enfermedad renal y predice la respuesta al tratamiento de la vitamina D en enfermos renales.
  • El Profesor Dr. Manuel Fresno Escudero, investigador Principal del Grupo Desarrollo y función del sistema inmunitario del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid, nos presenta un método de diagnóstico basado en la detección de una proteína a través del mRNA del paciente.
  • El Profesor Dr. Tomás Torres Cebada, catedrático de Química Orgánica de la UAM, director del Instituto de Investigación Avanzada en Ciencias Químicas (IAdChem) de la UAM nos presenta un nuevo fármaco que ataca a células cancerosas cuando es excitado por luz. Este fármaco, unido a un transportador eficiente hasta las células cancerosas, es un ejemplo de medicina personalizada.

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